El Lehendakari, Iñigo Urkullu | Iñaki Berasaluce - Europa Press

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El lehendakari, Iñigo Urkullu, afirma que la nueva ley del Sistema Vasco de Garantía de Ingresos es «un paso más» para «consolidar una Euskadi »solidaria, cohesionada y justa, que dé respuestas a las personas más vulnerables y facilite su integración social y laboral".

En una artículo publicado en Deia, recogido por Europa Press, Urkullu valora la aprobación esta semana en el Parlamento vasco de la nueva ley del Sistema Vasco de Garantía de Ingresos y para la Inclusión con la que afirma que Euskadi «vuelve a situarse en la vanguardia social».

Tras recordar que en 1989 Euskadi fue pionera al aprobar el primer Plan integral de lucha contra la pobreza, que incluyó el denominado «ingreso mínimo de inserción», valora que esta misma orientación que «aúna la protección social con el impulso de la inserción laboral, se ve reforzada con la nueva ley aprobada en el Parlamento vasco con un sólido respaldo».

«A lo largo de estas tres décadas se ha ido consolidando el ideario social en Euskadi. La estrategia y la acción institucional vasca ha consolidado y reforzado el compromiso público para ofrecer una garantía social y una respuesta solidaria a quienes carecen de recursos suficientes para llevar una vida digna. Este modelo trata de ayudar a las personas en una doble vertiente: social y laboral», incide.

A su juicio, la ley aprobada representa un paso más para consolidar una Euskadi «solidaria, cohesionada y justa, que dé respuestas a las personas más vulnerables y facilite su integración social y laboral».

Sistema de protección

«Contamos con un sistema de protección consolidado y sólido. Un escudo social que se ha demostrado eficaz a lo largo de estas últimas décadas y que, desde la máxima representación institucional y política, nos comprometemos a seguir mejorando, desarrollando y ampliando. Este compromiso implica mejorar la coordinación interna para su eficaz ejecución y evaluación, garantizar su sostenibilidad futura y, también, facilitar los sistemas de gestión, seguimiento y control de unas ayudas orientadas a las personas y familias más necesitadas de nuestra sociedad», detalla.

En esta línea, afirma que los resultados obtenidos hasta la fecha han sido «positivos» y Euskadi es «una de la Comunidades con menores niveles de desigualdad de toda Europa, las tasas de pobreza están por debajo de la media de los países de la Unión y han crecido las posibilidades de inserción laboral de las personas que se acogen a estos programas».

«La nueva ley va a suponer su consolidación y garantizar su sostenibilidad. El objetivo final compartido es ofrecer un proyecto de vida digna para todas las personas», indica, para añadir que el sistema vasco de garantía de ingresos va a reforzar, especialmente, las políticas que contribuyan a la incorporación en el mercado de trabajo de aquellas personas vulnerables que cuentan con capacidad laboral.

«Mantenemos la visión estratégica de que la inserción laboral es la mejor manera de luchar contra la marginación social crónica. Además, la ley incorpora entre sus objetivos la protección y el apoyo a aquellas personas jóvenes que desean construir y desarrollar un proyecto de vida independiente. Asimismo, esta nueva ley refuerza la protección de las necesidades básicas de las personas pensionistas, impulsando un incremento del importe que reciben actualmente», sostiene.

También resalta que la ley va a garantizar la adecuación de la prestación a los estándares europeos, atendiendo también a las singularidades que puedan concurrir en Euskadi.

«Euskadi va a seguir siendo un pueblo pionero en solidaridad y protección social. Un pueblo que avanza sin que nadie quede en el camino y que prioriza la generación de oportunidades de empleo para la inclusión social», valora.

Por otro lado, reconoce que la nueva respuesta solidaria va a ser posible gracias «al esfuerzo colectivo que realizan todas y todos los ciudadanos de este País, destinando parte de sus recursos disponibles a responder a las personas más necesitadas».

«En Euskadi consideramos que la pobreza, la marginalidad o la exclusión no son un problema de quienes lo sufren, sino de la sociedad en la que conviven, en su conjunto. Este es un objetivo compartido que nos impulsa a seguir avanzando en una sociedad más cohesionada, solidaria y justa», concluye.