Acusados del caso Alquería en el banquillo | Jorge Gil - Europa Press

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«En los expedientes laborales de las personas contratadas en Divalterra como alta dirección no estaba ni el currículum ni la convocatoria del puesto ni las bases. Absolutamente nada», ha manifestado el exresponsable de los Servicios Jurídicos y de Recursos Humanos de Divalterra Vicente Domingo, quien ha desvelado que estos directivos mostraban abiertamente su afiliación política en la empresa: «Uno decía ser amigo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y otro aseguraba que le había puesto allí su amiga Mónica Oltra».

Domingo se ha pronunciado así en su declaración, en calidad de testigo, en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Valencia contra 14 acusados por contrataciones presuntamente irregulares de altos directivos en la empresa pública Divalterra para favorecer al PSPV y a Compromís.

Domingo llegó a Divalterra a finales de 2015 cuando ya se había incorporado a la empresa una gran parte de los altos directivos y ha asegurado que ninguno de ellos ocultaba su afiliación política. «Era de todos conocidos. Unos provenían del PSPV y otros de Compromís. Los propios directores de área lo manifestaban y todos sabíamos de que partidos eran», ha dicho.

«Recuerdo que en una ocasión --ha añadido-- uno de ellos manifestaba que era alcalde de su localidad por el PSPV; Manuel Carot también me contó que tenía amistad personal con Ximo Puig y que había trabajado en Blanquerías muchos años con Joan Lerma; y Miguel Ángel Ferri provenía de Ontinyent y me dijo que tenía relación de amistad con Jorge Rodríguez --expresidente de la entidad--».

Y ha proseguido: «José Luis Melero era teniente alcalde de Silla por Compromís y se ausentaba muchas veces de la oficina para atender responsabilidades en el Ayuntamiento de Silla; y Raúl Ibáñez no solo decía su partido, sino que presumía de que era amigo personal de Mónica Oltra --exvicepresidenta del Consell por Compromís-- y afirmaba que estaba en la empresa porque Oltra lo había llevado allí».

Precisamente con Ibáñez, según ha manifestado, en un momento determinado hubo un problema con su contrato puesto que figuraba como responsable de área y no como director. Así, éste aseguró que iba a protestar al partido. Comentó, ha relatado, que era amigo personal de Oltra y que iba a llamarla y solucionarlo «inmediatamente». Tras ello se modificó su contrato por orden de la entonces gerente Agustina Brines.

Fichar en la empresa

El testigo ha manifestado que los contratos como alta dirección no fichaban inicialmente en la empresa y no respetaban las normas de control de presencia. Como consecuencia, Brines mandó un correo electrónico en diciembre de 2015 recordando la obligación de registrar el horario de todos los trabajadores, ha indicado.

«A partir de ahí la mayoría de los altos cargos fichaban los días que iban. La única persona que no lo hacía era Melero, puesto que sus primeros fichajes comenzaron en 2017», ha descrito.

Pese a estos contratos de alta dirección, ha apostillado el testigo, la empresa pública tuvo que contratar a personal cualificado para cubrir las diferentes áreas.

«Antes de la incorporación de los contratos de alta dirección ya se buscaba, por ejemplo, a un responsable de Brigadas con un perfil muy técnico. Éste se incorporó en febrero de 2016, no funcionó y se sustituyó en julio por otra persona. Y en el área de responsabilidad de Ferri, de Estudios y Planificación, también en diciembre de 2016 se incorporó un titulado superior como responsable de Proyectos Estratégicos», ha enumerado.