La historia sitúa la llegada de las primeras habas de cacao en el año 1710, como parte de los productos exóticos que los barcos de Hernán Cortés trajeron de México a lo que entonces era el mundo civilizado. Hablamos de las mazorcas de cacao y de las diminutas habas que produce el cacaotero o Theobroma cacao. El fruto de este árbol tarda entre cinco y seis meses en madurar. Con el paso del tiempo, los granos se vuelven rojos, amarillos o purpúreos, y los encontramos en el interior de una gran vaina que habrá que retirar del árbol con el máximo cuidado.

La cata y degustación, forma parte del movimiento Bean to Bar; que podemos traducir como del haba a la mesa

A continuación, viene la selección de los frutos y el tostado a una temperatura de 130 grados durante noventa minutos, como pasos previos al quebrado y al refinado de los granos. La fase final es la más crítica, la que da al chocolate su estilo, su definición, su sabor. El atemperado y moldeado de los granos configuran el producto final antes de su empaquetado para la venta. Un proceso que parece fácil, pero que requiere conocimiento, cuidado y máxima dedicación.

Toda una experiencia gustativa

La cata y degustación de chocolates Maüa, que a partir del próximo viernes nos propone vivir en directo B|Style Shop, forma parte del movimiento Bean to Bar; que podemos traducir como del haba a la mesa. Un movimiento diseñado para recuperar el auténtico sabor del cacao, respetando siempre los aromas y sabores de las habas, en función de su origen, sin mezclas.

Esta experiencia, con una duración aproximada de una hora y media, le permitirá asistir en primera fila a todo el proceso de producción del chocolate.

Esta experiencia, con una duración aproximada de una hora y media, permite asistir a todo el proceso de producción, hasta detectar cómo el chocolate se oxida y reduce la acidez residual que presenta el primer triturado del cacao. Veremos cómo la pasta adquiere finura y textura hasta tomar la forma de las planchas, cuando el chocolate ya está listo para su comercialización en forma de tabletas.
Los chocolates Maüa se realizan con diferentes variedades de cacao. Desde el criollo, con escaso contenido en taninos y dedicado a los chocolates más finos, pasando por el forastero, con más taninos, pero menos aromático, hasta el trinitario que combina características de los anteriores.
El proceso es lento y laborioso, pero la recompensa siempre llega si asistimos a este pequeño festín dulce, lleno de aromas y texturas.

Esta experiencia está disponible mediante compra anticipada en B|Style Shop, accediendo mediante el botón de aquí arriba.

Fotos: Chocolates Maüa

Una entrañable historia de pasión, solidaridad y amor

La historia de Chocolates Maüa se inicia con la decisión de Jaume; un joven ingeniero agrónomo mallorquín que viajó como voluntario de una ONG a varios países, hasta que finalmente llegó a Nicaragua. Allí, descubrió el cacao y conoció a Silvia, su pareja, y empezó todo. La crisis política y económica sufrida en Nicaragua les impulsó a regresar a Mallorca. En la Isla, la pandemia fue el inicio de la aventura en el año 2020.

El conocimiento del producto y su elaboración fueron determinantes. Una pequeña producción inicial destinada a amigos y familiares sirvieron de inicio. La excelente acogida de las catas realizadas en la intimidad fue el impulso definitivo. Así nació Maüa, la fusión entre Mallorca y Nicaragua, con la diéresis diferenciadora y recurrente.

El proyecto ya no era solo la ilusión de una pareja de aventureros, sino la realidad de dos jóvenes empresarios dispuestos a abrirse camino.
A día de hoy, Maüa comercializa ocho tipos de chocolate con el cacao que llega a Mallorca desde Panamá, Perú, Ecuador y Nicaragua. Entre ellos, su producto estrella: Flor de Sal, que tanto seguidores está teniendo. Un magnífico chocolate producido con cacao ecológico de Nicaragua y sal d’Es Trenc orgánica.