El español Rafael Nadal atiende a los medios de comunicación tras ganar en semifinales del Abierto de Australia al italiano Matteo Berrettini. | Reuters

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El español Rafael Nadal (6) afirmó que su victoria en semifinales del Abierto de Australia ante el italiano Matteo Berrettini significa quizás más que alguno de sus veinte títulos de Grand Slam. «Para mí es un éxito especialmente emocionante, quizá más que algún título de Grand Slam por lo inesperado que es todo y por todo lo que hemos pasado en estos últimos meses», explicó en alusión a los seis meses de inactividad que atravesó como consecuencia de su lesión crónica en el pie izquierdo.

«La vida a veces te da este tipo de oportunidades. Lo estoy disfrutando al máximo y la grada me está apoyando de forma incondicional», agregó el sexto clasificado mundial antes de describir el acontecimiento con un «semimilagro». Nadal, que disputará su sexta final en el 'major' australiano, desveló que acusó el desgaste físico en el tercer set, fruto del «escaso tiempo en pista» al que se ha sometido en este primer tramo de temporada. «Llevo un escaso tiempo en pista, a nivel físico me voy cansando y me ha costado mantener la intensidad de los dos primeros sets. No estoy acostumbrado a este ritmo», señaló al respecto.

Sin embargo, también remarcó su gran nivel en los dos primeros sets en los que «las sensaciones eran muy buenas». «Son muchos años de experiencia y aquí, después de nueve partidos ganados, la rapidez mental vuelve ,y los automatismos. Estaba jugando a un nivel muy alto al principio, con una adrenalina muy alta moviéndole muy bien», añadió tras cerrar el choque por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3.

El español comentó que lo que se juega este domingo «es una final de Grand Slam» e indicó que no sabe si será el último. «Me juego un Grand Slam, esa es la verdad. No sé si va a ser el último. Hace poco tiempo parecía que no habría otra oportunidad. Yo entiendo que estás con el tema de ser el mejor de la historia pero aunque lo gane no significará que lo vaya a ser», argumentó en alusión a su posibilidad de convertirse en el primer jugador en superar la barrera de los 20 grandes. «Para mí sería muy bonito e importante pero no creo que me cambie la vida. Si gano me va a dar felicidad pero la vida va a seguir», aclaró.

Por último, el de Manacor dijo que en la final tendrá al rival más difícil posible del cuadro porque «uno es el número dos con opciones a ser número uno y el otro es el número cuatro». «Estos jugadores son el presente y los que van a marcar el ritmo del circuito en los próximos años por el cambio natural que tiene la vida. Tengo que sacar lo mejor para darme alguna opción», concluyó en alusión a sus posibles dos rivales, Daniil Medvedev (2) y Stefanos Tsitsipas, en la final de este domingo.