Imagen de archivo de Novak Djokovic en el Melbourne Park. | LOREN ELLIOTT

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El Gobierno australiano ha rechazado el visado del tenista Novak Djokovic y le exige abandonar el país este jueves, por lo que no podrá disputar el Abierto de Australia. El número uno del mundo estuvo retenido en el aeropuerto de Melbourne desde que aterrizó en la medianoche del martes tras haber recibido una exención médica que le permitía jugar el primer Grand Slam del año.

Sin embargo, un miembro de su equipo realizó mal la solicitud del visado, sin tener en cuenta dicha exención para no vacunados, y el tenista estuvo aislado a la espera de que las autoridades tomaran una decisión sobre si dejarle entrar en el país o no. Según informan medios australianos, el Gobierno ha rechazado el visado del serbio y le ha pedido que abandone el país este jueves, aunque los abogados de Djokovic van a apelar la decisión, con la intención de que pueda permanecer y jugar el torneo en el que persigue el récord de 21 Grand Slams con el que superaría a Roger Federer y Rafael Nadal.

Además de los errores en su visado, el Gobierno de Victoria, el estado donde se celebra el torneo, había puesto en duda las causas médicas esgrimidas por el tenista para recibir la exención médica y no vacunarse. La causa médica expuesta por el tenista fue el haberse contagiado de covid en los seis meses anteriores al torneo, lo que las autoridades australianas no han considerado razón suficiente para su entrada al país. Las fuerzas fronterizas de Australia publicaron un comunicado en el que señalaron que Djokovic «no cumplió con los requisitos de entrada al país», por lo que su visa «ha sido cancelada». «Continuaremos asegurándonos de que aquellos que llegan a nuestras fronteras cumplen con nuestras leyes. Los ciudadanos que no poseen un visado válido o esta ha sido cancelada serán detenidos y expulsados de Australia», añadieron. Esta será la primera vez que Djokovic, nueve veces ganador del torneo, se perderá el Abierto de Australia desde que debutara en 2005. Además, es el primer Grand Slam al que no acude desde el Abierto de los Estados Unidos en 2017.