Rafael Nadal en un entrenamiento en Roland Garros. | Reuters

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La conquista de Roland Garros se prevé esta vez más enconada, con el defensor del título, el suizo Roger Federer, relajado y satisfecho por haber conquistado ya el único Grand Slam que le faltaba, y el español Rafael Nadal a la carga, tras lograr el triplete de oro de la temporada de tierra, algo que ni él mismo soñaba.

Ambos se aprestan a la prueba, que según el suizo coronará al mejor del año en arcilla, aunque el español, primer campeón en la historia en hacerse con los Masters 1.000 de Montecarlo, Roma y Madrid, tiene otro punto de vista diferente. «Ganar en París es mucho más fácil que ganar estos tres la misma temporada», sentenció el de Manacor, quien considera esta temporada como «nunca soñada».

Los dos evitan considerarse los auténticamente favoritos. Federer porque analiza que nadie como Nadal reencarna esta posición al haber perdido una sola vez en París en cinco años, en el 2009 en octavos de final, cuando el sueco Robin Soderling cortó una racha de 31 victorias seguidas en arcilla.

Y Nadal reitera que Federer es el mejor de la historia y que defender el título una vez ganado aporta la confianza necesaria para hacerlo con soltura. Lo dice él, a pesar de ocupar el cuarto puesto, empatado con el checo Ivan Lendl y el rumano Ilie Nastase, en la lista de ganadores de torneos sobre tierra, ahora con 28.

Un vistazo a las cifras otorgan al español una lógica preponderancia. Nadal entra en París con un balance de 15-0 en tierra este año gracias a los tres Masters 1.000 ganados con los que ha desbancado a Andre Agassi en la lista de estos títulos, ahora con 18 para él, y Federer con 6-3, con semifinales en Estoril y final de Madrid como mejores logros.

En sus enfrentamientos, Nadal domina por 14-7 y 10-2 sobre tierra. Todo apunta al español, que juega en la capital francesa convencido de que el público parisino siempre apoyará más a Federer que a él mismo, incluso después de haber ganado allí cuatro veces.

Para Nadal este año puede ser histórico. Por sexta temporada consecutiva llega a la capital de Francia después de haber ganado tres torneos en la arcilla europea, y ahora puede convertirse en el primer jugador en cerrar la corona y lograr el Grand Slam de la tierra roja si vence en París. Su principal tarjeta son los 30 sets ganados por sólo dos cedidos

En esa lucha entre dos jugadores pueden beneficiarse otros. Indudablemente la temporada de tierra ha tenido claro sabor español, con Fernando Verdasco, ganador en Barcelona, finalista en Montecarlo, y Niza (a la espera de la final de hoy), o de David Ferrer, triunfador en Acapulco, finalista en Roma y Buenos Aires, y semifinalista en Madrid, Barcelona y Montecarlo, o del ex campeón en París Juan Carlos Ferrero, ganador en Buenos Aires y Costa do Sauipe y finalista en Acapulco.

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Todo ello ha completado un «círculo español» en tierra esta temporada con cifras alarmantes para los que aspiran a destronarles en París. Así Verdasco lleva 19-4 en arcilla (a falta de la final de Niza), Ferrer 28-4, y Juan Carlos Ferrero 18-4.

La baja del argentino Juan Martín del Potro, a quien el estadounidense Jim Courier (ganador en París en 1991 y 1992) considera el más serio adversario para Nadal en los próximos años, si se mantiene limpio de lesiones, y la del siempre incansable Nikolay Davydenko, herido en su muñeca, abren más las posibilidades españolas.

En el cuadro femenino el torneo se verá animado por la presencia de las hermanas Serena y Venus Williams, ocupando las primeras posiciones del ránking, de nuevo después de siete años. Venus, finalista en Madrid, ha expresado que su objetivo es ganar este año por primera vez Roland Garros, y de hacerlo podría arrebatar a Serena su privilegiada posición. Necesita que la pequeña de las Wlliams falle en alcanzar los octavos de final, y ella levantar el trofeo.

Las esperanzas españolas se centran ahora en Maria José Martínez, la brillante campeona del torneo de Roma. La «Navratilova española» alcanzó en el 2009 la tercera ronda en el Abierto francés, pero su triunfo en el Foro Itálico le ha conferido un especial espíritu de superación.

Allí fue capaz de vencer consecutivamente a la danesa Caroline Wozniacki, entonces número dos, a la checa Lucie Safarova y a las serbias Ana Ivanovic y Jelena Jankovic. La campeona del último Masters de dobles, junto con Nuria Llagostera, había probado de sobra su excelente condición de doblista, pero también ha presentado sus credenciales para dar guerra en esta edición en los individuales.

Las actuaciones de Arantxa Parra, finalista en Estoril y de Anabel Medina, semifinalista en Estrasburgo ante la rusa Maria Sharapova, son los indicios más esperanzadores.

Habrá una vuelta significativa, la de la belga Justine Henin, cuatro veces campeona, quien podría enfrentarse en tercera ronda contra Sharapova, que esta semana ha lucido en Estrasburgo.

Henin ganó el Abierto Francés en 2003, 2005, 2006 y 2007, pero decidió retirarse a principios del 2008. Su regreso esta temporada ha impactado, al alcanzar de entrada la final del Abierto de Australia, y ha reavivado un circuito femenino cuyo primer puesto pasaba de mano en mano, hasta que Serena ha vuelto a implantar su ley, algo que debe refrendar ahora en París.