Vedat Muriqi intenta alcanzar el balón ante Ignasi Miquel durante el partido contra el Granada en Son Moix, el último que ganó el cuadro bermellón a mediados de marzo. | Miquel Àngel Borràs

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Al Real Mallorca se le está haciendo largo el final de temporada. Superada la vorágine de la Copa del Rey, el conjunto que dirige Javier Aguirre ha atravesado uno de los tramos más duros del calendario, en el que solo ha sido capaz de rascar un empate, y no ha vuelto a ganar un partido. En esa dirección no está siendo una buena campaña para el conjunto balear, que en las 34 jornadas jugadas hasta el momento solo ha conseguido seis victorias. Una marca que, pese a mantenerle fuera de la zona roja de la clasificación, es la más pobre de los últimos cuarenta años en Primera División.

El equipo balear, instalado solo un escalón por encima de los puestos de descenso aunque con un margen de seis puntos que debería ser suficiente para asegurar su continuidad en la máxima categoría, comparte con el Cádiz el reinado del empate (14) y solo le ha ganado a Celta, Sevilla, Osasuna, Rayo Vallecano, Girona y Granada. Esa elevada cantidad de empates que suma el equipo le permite contar ahora con 32 puntos, los mismos que llevaba en la temporada 21-22, y hace que su balance mejore al de otras siete campañas en este mismo punto de la Liga. Sin embargo, hay una luz roja encendida en el casillero de triunfos que le impide tener cerrada la caja fuerte de la permanencia.

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El único curso en el que el Mallorca había ganado tan poco tras 34 jornadas es el que acabó en el descenso de 1984. Un ejercicio negro, con tres entrenadores desfilando por el banquillo, en el que solo derrotó a Real Sociedad, Osasuna y Sporting de Gijón y acabó penúltimo, por delante del Salamanca, en un campeonato de en el que participaban 18 equipos.

El puntaje en Primera División se ha reducido mucho esta temporada debido al alto número de empates que se ha registrado, sobre todo en la parte media-baja. A la espalda del Mallorca, los tres equipos andaluces que cierran la clasificación (Almería, Granada y Cádiz) solo suman diez victorias en global, lo que ha provocado que lleven tanto tiempo descolgados y con escasas opciones de supervivencia desde hace meses. En el caso del Mallorca esa falta de pegada para ganar partidos se ha hecho visible principalmente tras los muros de Son Moix, donde solo ha ganado un encuentro, en Balaídos. El Granada y el Cádiz ni siquiera han vencido un solo encuentro a domicilio.

Los bermellones tienen cuatro partidos por delante frente a rivales sin urgencias para atar los últimos cabos sueltos y darle una capa de barniz a sus números. Las Palmas, que hizo los deberes hace tiempo, lleva mucho tiempo a la deriva y el Almería viajará a Mallorca siendo ya equipo de Segunda División. Y tanto Osasuna como Getafe, a los que se enfrentará como visitante, circulan por tierra de nadie.

El apunte

Martínez Munuera pitará en Son Moix

Juan Martínez Munera ha sido designado para dirigir el encuentro de la 35ª jornada entre el Mallorca y Las Palmas que se jugará este sábado (14.00 horas) en Son Moix, mientras que en el VAR estará el navarro Eduardo Prieto Iglesias. El alicantino Martínez Munuera solo ha pitado una vez al conjunto balear esta temporada. Fue el pasado 25 de noviembre, en el Metropolitano, en un partido que acabó con una apurada victoria del Atlético de Madrid gracias a un gol de Antoine Griezmann (1-0). En total, ha dirigido siete veces al Mallorca en Primera División y el balance está muy equilibrado: tres victorias, un empate y tres derrotas. Por su parte, Guillermo Cuadra Fernández, adscrito al Comité Balear, arbitrará el partido del próximo lunes entre el Barcelona y la Real Sociedad.