Vedat Muriqi, delantero del Real Mallorca, intenta avanzar ante Kounde y Gavi en el partido contra el Barcelona de la temporada pasada en el Camp Nou.

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Ahora que circula con el acelerador pisado a fondo, el Real Mallorca quiere seguir tirando barreras. Después su semana fantástica, en la que reservó una plaza para otra final y agarró media permanencia, se ha propuesto acabar con otras viejas cuentas pendientes. Como las que tiene con el Barcelona, al que visitará este mismo viernes en la montaña de Montjuïc. En mayo se cumplirán quince años de su última victoria ante el conjunto azulgrana y dieciséis de la última vez que lo mandó al suelo en su propio estadio. Unos datos demasiados oxidados a los que se les puede devolver el brillo teniendo en cuenta el contexto actual.

Barça y Mallorca van a presentarse al partido con un estado de ánimo muy diferente. El equipo de Xavi Hernández, con la eliminatoria de Champions contra el Nápoles al final del pasillo ha sido incapaz de ganar dos partidos seguidos en el último mes y durante su última función, en San Mamés, dejó escapar la oportunidad de meterle presión al Real Madrid en la caminata por el título. En cualquier caso, sus peores problemas brotan de la enfermería y solo hay tres futbolistas en toda la plantilla —Iñaki Peña, Gundogan y Fermín— que no hayan pasado por ella en lo que va de temporada, Los últimos en caerse de la pizarra del técnico han sido Pedri y De Jong, cuyas bajas amenazan con desmontarle el sostén del centro del campo. Junto a ellos están Gavi, Balde, Ferran Torres y Marcos Alonso. En el caso del lateral izquierdo, operado de las lumbares a principio de año y sin jugar desde noviembre, regresaba este miércoles aunque todo apunta a que no llegará para enfrentarse al Mallorca. A esa ristra de ausencias hay que sumar la de Ronald Araujo, sancionado por acumulación de amonestaciones al igual que su entrenador.

Para el Mallorca el paisaje es mucho más soleado. A falta de que lo confirme hoy Javier Aguirre —el técnico comparecerá ante los medios en la antesala de la jornada—, las únicas bajas son las de Pablo Maffeo por lesión y Omar Mascarell por sanción. El resto del equipo anda rodado y enchufado tras una intensa y productiva semana, por lo que lo tiene toda para competirle cara a cara a un Barça que como local ya ha firmado un empate (Granada) y ha sufrido tres derrotas (Madrid, Girona y Villarreal).

Lo primero que intentará el Mallorca es conectar dos victorias. Por fácil que parezca en la teoría, la escuadra bermellona lleva desde abril del año pasado sin hacerlo y los cinco triunfos sobre los que reposan sus números actuales han llegado muy espaciados.

Enlazar dos victorias supondría ponerle un punto y aparte al historial de derrotas contra el Barça. Contando solo la Liga, el Mallorca ha perdido trece de los últimos quince partidos y los dos restantes acabaron en empate. El último de ellos es el de la primera vuelta en Son Moix (2-2), que cercenaba una racha de once caídas consecutivas.

La última victoria del Mallorca contra el Barça data de 2009 (2-1), en un partido que los de Pep Guardiola disputaban sin nada en juego porque acababan de ganar la Liga el día antes. En el Camp Nou —ahora en obras, por eso este viernes se juega en Montjuïc— los baleares no vencen desde mayo de 2008.