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Quizás sea una casualidad. O no. Pero desde que el Real Mallorca tumbó al Girona y se clasificó para las semifinales de la Copa del Rey -hace apenas nueve días- el equipo balear ha sufrido dos batacazos en la Liga que le han metido de lleno en problemas clasificatorios. La ilusión del torneo copero, estar a dos partidos de disputar la cuarta final de tu historia, es loable... pero no debe esconder la trayectoria de un grupo que solo ha ganado tres partidos en cinco meses de competición y que ayer hizo un partido indigno en San Mamés.

El Athletic está en un momento en el que todo le sale bien. Yuri marcó los dos goles de su vida en apenas un cuarto de hora -uno de espalda y otro casi cayendo al primer toque- que pusieron la noche muy cuesta arriba.

Nacho Vidal pudo festejar un debut perfecto, pero su cabezazo (extrañamente solo dentro del área) acabó con un remate centrado a las manos de Unai. A la contra, el Athletic le echó el lazo al encuentro con el 3-0, anulado inicialmente por fuera de juego por un nefasto Figueroa Vázquez -en la primera mitad había señalado penalti un resbalón de Nico que le rectificó el VAR-, pero que las imágenes volvieron a retratarle. La última media hora fue un suplicio para un Mallorca que no pudo contar con Radonjic por papeleo. A Javier Aguirre le mosqueó tanto esa ineptitud burocrática para inscribir al serbio que la pésima imagen ofrecida en Bilbao...