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El Real Mallorca perdió (4-0) ante el Athletic Club en otro partido para olvidar. El conjunto de Javier Aguirre ofrece pocas sorpresas y, con los habituales cinco defensas, el equipo transitó por San Mamés con más pena que gloria. El partido fue un drama, con demasiados errores en defensa, con imprecisiones, entregas al rival… El equipo acumuló errores en la parcela defensiva y tuvo numerosos problemas en la zona de creación.

Los futbolistas del Mallorca iniciaron el partido adormilados y Yuri Berchiche aprovechó el lanzamiento de una falta para inaugurar el marcador con un remate casi acrobático. Solo se habían disputado tres minutos y el equipo ya estaba por detrás en el marcador. El drama mallorquinista aumentó con un nuevo remate de Yuri a la salida de un córner cuando se cumplía el primer cuarto de hora. Rajkovic no llegó al esférico y el partido quedó casi decidido.

El Athletic dominó el esférico, se hizo con el control del partido y el cronómetro avanzó hasta alcanzar el descanso. Aguirre debía mover ficha, buscar la reacción del equipo. Ayer, con dos goles en contra, el técnico optó por dar entrada a Muriqi en sustitución de Copete, pasando de esta forma a jugar con dos hombres en vanguardia. Y solo cuatro defensas. El Athletic comenzó mejor el segundo tiempo, dominó y sometió a un Mallorca desarbolado. El equipo de Aguirre sufría y Aguirre dio entrada a Nacho Vidal y Sergi Darder para intentar variar el rumbo del partido. No hubo reacción. Ni tímida.

Guruceta marcó el tercero, que el VAR se encargó de validar, y el partido quedó ya completamente decidido. Javi Llabrés y Prats entraron al terreno de juego, pero poco o nada cambió. El desastre era completo. Y aún faltaba el gol de Muniain.