Abdóin Prats, delantero del Real Mallorca, recibe la felicitación de su entrenador, Javier Aguirre, tras uno de los goles que le marcó este miércoles al Girona en Son Moix. | CATI CLADERA

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Aprovechando la visita del Girona y el marco de otro partido señalado, Abdón Prats Bastidas (Artà, 1992) siguió amplificando su leyenda ante el mallorquinismo. Autor de goles imposibles y portador del bigote más carismático del fútbol español, el nueve aumentaba la colección de los grandes momentos de su museo particular con un doblete que le señala como uno de los futbolistas de referencia de esta edición de la Copa del Rey y que lo mantiene al frente de los máximos artilleros del Mallorca en la historia de la competición.

Titular junto a Cyle Larin en el equipo de Javier Aguirre, Abdón tiró del ataque del Mallorca de camino a las semifinales. Reventó a la defensa del Girona, incomodada desde el primer minuto por su energía, y agujereó en dos ocasiones la portería de Juan Carlos antes del descanso. Primero con un golazo que llevaba tatuado su sello y después con un penalti que dejaba al equipo a una altura inalcanzable para el conjunto de Míchel Sánchez. Una representación que la grada recordará con los años. Como el gol del ascenso ante el Deportivo en plena Nit de Sant Joan, como su chilena en el campo del Almería o como el agónico tanto contra el Rayo Vallecano que apartó al equipo de un descenso casi seguro a Segunda.

Con el doblete de este miércoles, Abdón se acomoda entre los máximos goleadores de la Copa del Rey 2023-24. El de Artà, que ya había marcado al Burgos en El Plantío tras endosarle un ‘hat-trick’ al Boiro gallego en la primera ronda, ha anotado un total de seis tantos. Los mismos que Anastasios Douvikas, ya eliminado con el Celta, y Asier Villalibre, punta del Athletic y posible rival en semifinales.

Abdón y su bigote son ya historia de la Copa del Rey, el torneo en el que el club balear se siente más a gusto. En total ha marcado 13 dianas en la competición vistiendo de rojo negro, superando los 11 de Rolando Barrera y los 10 de Hassan Fadil, ambos en la década de los ochenta. En ese sentido, el mallorquín se estrenaba contra el Valladolid en la temporada 2018-19, aunque antes había rubricado otros siete tantos durante sus etapas en el Burgos y el Mirandés. En total, 18 como profesional. Si hablamos solo del Mallorca, con este puñado de dianas de las que presume en la Copa ya ha celebrado 52 con la camiseta del primer equipo desde su debut en el año 2011, aunque la mayoría de ellos los ha anotado desde que Javi Recio lo trajo de vuelta al club en 2017.

«Desde que acabamos el partido contra el Villarreal me centré en esta noche», contaba Abdón en los medios del club tras el partido contra el Girona, aún con la adrenalina en el cuerpo. «Cuando nos tocó jugar en casa sabía que iba a ser muy especial y así ha sido. Conozco estas tardes noches y había una luna espectacular, como la Nit de San Joan. Soy muy feliz de que nos podamos ilusionar así con nuestra gente. Es algo mágico. Antes de salir al campo me he emocionado un poco», confesaba antes de reivindicar el papel del Mallorca en esta Copa. «Si estamos concentrados es difícil meternos mano y se ha demostrado. Da igual el rival al que nos enfrentemos», sentenciaba. «El compromiso que tenemos viene desde el año 2017. Se creó una muy buena base y el club ha hecho un trabajo espectacular desde entonces».

Abdón también explicaba cómo habían llegado esos goles que metían al Mallorca entre los cuatro mejores del torneo y a él, arriba del todo estadísticas históricas del club. «El primer chut me había salido centrado y he ido a asegurar. Ha sido un rebote, estaba activo y sabía que si le pegaba como sé, hacia un lado, sería gol. Al final el portero no se la esperaba y nos ha servido. Y con el penalti ya estaba concentrado para tirarlo. No quería fallarlo porque sabía que podía tener consecuencias».

El Dimoni d’Artà es también el inesperado rey de copas de un Mallorca que quince años después vuelve a poner los pies en una semifinales.