Seguir recobrando el aspecto y llenar el depósito de optimismo de cara al duelo directo del próximo sábado ante el Celta que iniciará la segunda vuelta son las premisas de un equipo que afronta el duelo de hoy en Burgos sin confianzas y con cautela. Javier Aguirre no quiere un tropiezo que pueda enturbiar el ambiente justo en el momento que arranca la fase decisiva de la temporada.
El curso pasado dobló la rodilla en octavos de final ante la Real Sociedad (perdió 1-0) y
como mínimo aspira a eliminar al conjunto burgalés para alcanzar la misma ronda que el la campaña anterior.
El Mallorca, por lo tanto, se autoexige ganar por varios motivos. Uno, porque se puede impulsar hasta los octavos de final de la competición sin apenas esfuerzo. Y dos, porque esta competición puede servir como refuerzo anímico para jugadores que han perdido su plaza en la pizarra de la Liga y que necesitan sentirse importantes para volver a rendir. En este apartado, el artanenc Sergi Darder ocupa un lugar preferencial. Condenado a las galeras de la suplencia en los dos últimos encuentros, el ‘10’ del Mallorca no está respondiendo a las expectativas generadas el pasado verano. Da la sensación de estar perdido y ni él encuentra su sitio ni Aguirre ha sido capaz de encontrarle la ubicación ideal.
El técnico mexicano, que solo ha dejado en Palma a los lesionados Valjent, Muriqi y Jaume Costa y a los enfermos Morlanes y Luna -el colombiano brilló en la anterior eliminatoria-, apostará por un once de garantías. Sin hueco para los experimentos, aunque algunos de los jugadores con menos minutos en sus piernas comparecerán por El Plantío. Será el caso de Copete, Mascarell, Javi Llabrés e incluso Abdón Prats.
El máximo goleador del equipo, tanto en la Liga (5 tantos) como en la Copa (3), no forma parte del equipo inicial precisamente desde el anterior partido de esta competición, ante el Valle de Egüés. Además, el partido es especial para él por su pasado en el Burgos. Allí jugó cuando apenas tenía 21 años y dejó un buen recuerdo además de 10 goles.
En el Burgos es duda una de sus estrellas, Fer Niño, con pasado mallorquinista y que quizás no juegue porque arrastra algunas molestias.
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