Imagen de Larin durante el partido disputado ante la Real Sociedad. | Jose Ignacio Unanue

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El Real Mallorca no despega esta temporada y después de diez jornadas disputadas el equipo de Javier Aguirre continúa muy cerca del vagón de cola. Con 8 puntos, el once balear se sitúa a dos de la zona de descenso y en condiciones normales la puntuación es de las calificadas de descenso. Son treinta puntos los disputados por el momento y tener solo ocho en su casillero es muy pobre botín. Sin embargo, no es mucho mayor que el que tenía el curso pasado después de diez partidos. Uno más, nueve, sumaba el once de Javier Aguirre en un inicio donde también las dudas se acrecentaban. Es cierto que esta temporada da la sensación de que al menos en dos partidos el Mallorca mereció más de lo que ganó, ante Valencia y Real Sociedad. Sin embargo, lo cierto es que los puntos que tiene son solo ocho y ese escenario mantiene una presión constante cada partido. Este sábado llega el Getafe, uno de los equipos que peor fútbol despliega, pero que aún así ha conseguido tres puntos más que los mallorquinistas.

La próxima jornada no se pueden escapar los puntos contra el once de Bordalás porque llevar solo un triunfo por el momento le equipara con los peores de la máxima categoría en esta primera fase del curso. La resaca del encuentro ante la Real deja otra vez en evidencia el rendimiento de Larin y la confianza de Aguirre en él. El lujo de canadiense es que ha tenido la oportunidad de oro de llevar a cabo la pretemporada en plena temporada y eso se nota.

En el Reale Arena falló oportunidades que en Primera no es habitual perdonar y eso lastró durante todo el partido al equipo. Su alto precio, casi ocho millones de euros, hace que sea insultante tenerle en el banquillo, pero lo cierto es que sobre el terreno de juego no da la talla.

Pero no es el de Larin el único problema de Aguirre. El equipo sigue echando de menos a Antonio Raíllo, un defensa fundamental y que el club no ha sabido sustituir porque no hay ningún jugador con su carisma y capacidad de cargarse el equipo a la espalda. Valjent, Nastasic y Copete son futbolistas de otro perfil y hasta que no vuelva el cordobés en su mejor versión, la defensa siempre va a sufrir y además el equipo se resentirá de no contar con un jugador diferencial, no solo en lo fútbolístico, también en lo anímico.

La ausencia de Maffeo unida a la de Sergi Darder también supone un revés importante para un equipo cogido muy en pinzas. Son dos futbolistas de una capacidad enorme de generar fútbol. El catalán exhibe su potencial ofensivo por su banda y su baja es ciertamente notable mientra que el de Artà es el hombre que acelera y frena el juego del equipo, pero su lesión ante el Valencia frenó, tanto su progresión en el Mallorca, como la posibilidad del equipo de seguir creciendo futbolísticamente a su alrededor. Ante la Real Sociedad el equipo pasó de jugar con cuatro atrás a de nuevo hacerlo con cinco y durante el primer tiempo lo cierto es que desarboló el juego de la Real Sociedad. Fue mejor, tuvo más ocasiones y mereció marcar dos goles como mínimo.

Falló Larin y no se sabe qué hubiera pasado con Abdón en el campo, pero es evidente que el futbolista mallorquín en estos momentos está a años luz del jugador canadiense. Uno de los aspectos positivos ha sido recuperar para la causa a Antonio Sánchez, un futbolista que durante el verano estaba en la rampa de salida y el club lo había puesto en el mercado, pero que aprovechó su oportunidad en el último partido de pretemporada y además ante el Barcelona fue titular y destacó de forma excepcional. Esto le valió la titularidad y el mallorquín está exhibiendo su mejor versión. También Samú Costa protagoniza otro de los aspectos positivos de estas diez jornadas. El portugués está ofreciendo un rendimiento sobresaliente y ha hecho olvidar completamente a Baba. Ahora resta que el equipo pueda manejar los dos registros con comodidad, tanto jugar con cinco atrás como también con cuatro y sobre todo, lo que debe hacer es ganar. Es ya innegociable conseguir un triunfo porque punto a punto de momento lo único que hace es anclar todavía más al equipo en la zona baja, aumentar la presión e impedir la construcción de un colchón que le dé cierta calma y algo más de margen de maniobra.

Pero obsesionarse no es bueno y más que nunca hay que ir partido a partido y en casa es donde tiene que resucitar futbolísticamente. Getafe, Cádiz y Alavés jugarán en Son Moix dentro de estas seis jornadas mientras que visitará a Betis, Atlético y Sevilla. Nunca se sabe dónde puede estar la reacción, pero las salidas son evidentemente muy complicadas para un equipo como el Mallorca que por el momento no tiene la confianza suficiente como la que atrapó por ejemplo a mitad de la pasada temporada.

Ese es el gran objetivo de Aguirre este curso, el conseguir que el equipo pueda conseguir una solvencia suficiente atrás que permita mantener la portería a cero y a partir de ahí tratar de crecer hacia adelante. Hasta que el equipo no logre este equilibrio será muy difícil encontrar la regularidad deseada en un curso donde la permanencia es sin duda la gran obsesión. Un año más la salvación es el reto a perseguir.