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Los puntos son importantes, pero las sensaciones no son menos trascendentes. Los méritos tampoco se reflejan en la clasificación, pero tienen su relevancia. De hecho, sensaciones y méritos acostumbran a anticipar la llegada de los buenos resultados. La Real Sociedad superó (1-0) al Real Mallorca, que se mereció, como mínimo, el empate. Tuvo claras oportunidades para adelantarse en el marcador y, tras el gol donostiarra, pudo empatar, pero la diosa Fortuna se alió ayer con el equipo de Imanol Alguacil.

El equipo de Javier Aguirre encaraba la décima jornada con solo ocho puntos gracias a un solitario triunfo y cinco empates. Y sumó una nueva derrota. Eso sí, jugando como este sábado, los buenos resultados no tardarán en llegar. Seguro.

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El mejicano no pudo contar con los titularísimos Maffeo, Raíllo y Sergi Darder y el equipo jugó una vez más con cinco hombres en defensa. Eso sí, Aguirre hizo un alarde de valentía alineando también a dos atacantes. En esta ocasión, el acompañante de Muriqi fue Larin y Prats inició el partido en el banquillo.

Larin dispuso de dos claras oportunidades cuando aún eran numerosos los espectadores que no habían alcanzado su localidad. El canadiense, de nuevo, y Dani Rodríguez no acertaron y La Real, que se apoderó del balón durante muchos minutos, se aproximó con peligro al área de Radjokic en pocas ocasiones.

Dani Rodríguez y Larin pudieron adelantar al Mallorca ya en la segunda mitad, pero Brais Méndez aprovechó un gran centro de Take para inaugurar el marcador. El conjunto mallorquín, tras unos minutos en los que acusó el golpe, se hizo con el control del partido. Sumó claras ocasiones de gol, pero el marcador ya no se movió. Por cierto, Samú Costa demostró su valía. Su partido fue, sencillamente, excepcional.