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El 26 de abril de 1903 nacía el Atlético de Madrid. Este miércoles, se cumplían 120 de la fundación del club y el Metropolitano estaba preparado para vivir una gran fiesta. El Mallorca debía ser el comparsa, la víctima, el rival ideal para un partido histórico que debía acabar con el triunfo del conjunto madrileño. Javier Aguirre, por extraño que parezca, pareció que quería sumarse a la euforia local, puesto que a las bajas de los titularísimos Raíllo y Ruiz de Galarreta, dejó en el banquillo a los casi siempre imprescindibles Kang in Lee y Muriqi. Además, y por si fuera poco, Valjent se lesionó cuando su titularidad ya había sido anunciada.

El Mallorca, en todo caso, no regaló el partido. Ni mucho menos. El Mallorca perdió (3-1), pero lo hizo con dignidad. De hecho, la fiesta prevista y anunciada fue amarga durante muchos minutos. El Atlético de Madrid dominó el partido desde el principio, buscó con insistencia la portería de Rajkovic, pero Nastasic adelantó al Mallorca en su primera aproximación. Los madrileños atacaban de forma reiterada, pero solo empataron en el tiempo de descuento. El partido cambió por completo cuando el equipo de Simeone remontó el partido en el primer minuto del segundo tiempo. El Mallorca no bajó los brazos, buscó el empate, pero Carrasco decidió al contragolpe con el tercer gol. Y ahí se acabó el partido. El equipo de Aguirre, ahora sí, bajó los brazos. La fiesta del Atlético fue a más, la afición se lo pasó en grande y el histórico partido del 120 aniversario acabó con triunfo.

Por cierto, La Vanguardia recordaba el pasado lunes que Elche, Espanyol, Valencia y Almería, los cuatro últimos clasificados de Primera, tienen propietarios millonarios de otros países. Es un dato que, sin duda, invita a una reflexión profunda. En fin…