El delantero del Real Mallorca Abdón Prats celebra el tanto de la victoria ante el Valladolid en el último partido de los bermellones en Son Moix. | RCD Mallorca

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Con el horizonte despejado tras su salida de la Copa, el Mallorca regresa a las carreteras de la Liga. El conjunto balear, que todavía no ha vuelto al peso que tenía antes del Mundial, recibe en su guarida a un Celta al que aventaja en un par de cuerpos y que no acaba de alzar los pies del suelo. Un partido que ayudará a cuadrar las cuentas de la primera vuelta y que ofrece dos salidas muy diferentes. Una victoria seguiría aislando al equipo de las bajas temperaturas del fondo de la tabla. Una derrota, puede incluso que hasta un empate, le envolvería entre un manto de dudas (Son Moix, Movistar LaLiga y Gol Play, 21.00 horas).

El Mallorca se presenta al encuentro con un aspecto desconcertante. Al estrés de la última semana —será su tercer compromiso en siete días y ha perdido los dos anteriores— se unen algunas lagunas preocupantes, tanto en el juego colectivo como a título individual. En esa dirección, este viernes recupera a uno de sus hombres más importantes: Galarreta. El eibarrés, que es el encargado de introducir las coordenadas en el navegador, viene de perderse las citas de Pamplona y San Sebastián y el equipo, pese al empujón final de Grenier en Anoeta, lo ha ido acusando. En cualquier caso, lo que Aguirre gana en el centro de mando lo pierde en el puesto de enganche, ya que el mexicano no podrá contar por sanción con Kang In Lee, el socio más fiable de Muriqi y la mejor arma del grupo en las jugadas de estrategia. Amath cubrirá la baja del coreano, en principio, la única con la que tiene que lidiar el técnico.

Los isleños, que de momento han cosechado los mismos puntos como locales que como visitantes, se sienten ahora mucho más seguros en casa. En los últimos meses, al costado de su público empataron contra el Espanyol un partido que merecieron ganar y derribaron a Atlético de Madrid y Valladolid sin que su portería recibiera un solo rasguño. También es verdad que esa última función no se resolvió hasta que un cabezazo de Abdón, ya con el tiempo agotado, deshizo un atasco notable.
Peor que el Mallorca se encuentra el Celta, que vive a un par de escalones de las celdas del descenso y ha disparado ya la bala del cambio de entrenador. Mucho más necesitado que su anfitrión, el cuadro vigués está obligado a pintar de verde unos números que tampoco han mejorado demasiado con la llegada al banquillo de Carlos Carvalhal.

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Donde sí ha crecido el Celta es en defensa. El entrenador portugués ha mejorado el sistema de seguridad de su equipo y ha detenido la hemorragia de goles en contra que sufría con Coudet —con el argentino encajaba dos goles por partidos de media— para reducir a la mitad los daños habituales. Ahora viene de firmar su partido más completo ante el Villarreal, al que dejó escapar vivo de Balaídos con su falta de acierto en los metros finales. Ahí es donde necesita mejorar ahora la escuadra viguesa si quiere diluir la amenaza del descenso en el año de su centenario.

Sin refuerzos que enriquezcan una plantilla con agujeros y falta de profundidad, Carvalhal busca soluciones a los malos resultados con lo que guarda dentro del vestuario. Contra el Villarreal apostó por adelantar la posición de Gabri Veiga, aunque parece que sobre la hierba de Son Moix medita devolver al once inicial al noruego Jorgen Larsen, que se estrenó como goleador en Primera División frente al conjunto amarillo

Si opta por esa vía, Gabri ocuparía un puesto en la medular junto a Fran Beltrán y Luca de la Torre, —apuesta personal del asesor deportivo Luis Campos— al que Carvalhal premiará por sus últimas buenas actuaciones. Sobre todo en el último choque, cuando revolucionó el ataque celeste en el segundo tiempo. Sería su primera titularidad en la máxima categoría y podría forzar la salida del equipo titular del lateral izquierdo Javi Galán, uno de los intocables hasta el momento pese a estar lejos de su mejor nivel. En ese supuesto, el argentino Franco Cervi ocuparía su puesto en el carril izquierdo.