El centrocampista japonés del Mallorca Takefusa Kubo junto a Vedat Muriqi durante el encuentro contra el Alavés. | Efe

TW
5

Una jornada redonda y una vida extra a la que agarrarse. El Mallorca ha vuelto a salir a la superficie para tomar aire y regresar al mismo punto en el que se encontraba hace un mes. La victoria del conjunto bermellón sobre el Alavés —la única que se ha registrado estos días en el sótano de la clasificación— y el resto de resultados de la semana han acotado muchísimo la subasta por la permanencia, que ahora ya parece reducida del todo al equipo de Javier Aguirre, al Cádiz y al Granada. Los baleares, dos puntos por encima del corte del descenso, tienen cinco partidos por delante para acabar de esculpir una salvación que, si se cumplen las previsiones, saldrá un poco más cara que la temporada pasada.

La jornada intersemanal ha dejado grandes dividendos entre Son Moix y Son Bibiloni. El equipo se repuso del revolcón que había recibido en Elche llevándose por delante a un Alavés que parecía asomar la cabeza y dejó al conjunto vitoriano colgando de un hilo. En un escenario idéntico vive el Levante. Su partido contra el Sevilla en el Ciutat de València acabó entre lágrimas y sirvió para ensanchar esa grieta tras la que viven granotas y babazorros, que quedan a expensas de un milagro para seguir en Primera. Por encima del triángulo que conforman Mallorca, Cádiz y Granada la situación también se ha aclarado bastante. Los acelerones de Elche, Getafe y Rayo Vallecano les han desmarcado a tiempo de la pelea definitiva.

La final definitiva

A simple vista, en el Mallorca todo pasa por Son Moix, donde quedan dos partidos que serán determinantes para el desenlace en una u otra dirección. Y si hay un partido marcado en rojo es el primero, fijado para el próximo sábado 7 de mayo (14.00 horas) contra el Granada. Es el último duelo directo que queda por resolver y el que marcará la línea de la supervivencia.

El Granada vivió el estreno de su nuevo entrenador, Aitor Karanka, entre sentimientos encontrados. Sacó un punto del Metropolitano (0-0), pero acabó cayendo a los puestos de descenso, un terreno pantanoso que no pisaba desde hacía siete meses. Solo ha ganado uno de los quince últimos partidos jugados y ha ido perdiendo altura hasta quedar encajado en las tres últimas posiciones. De los tres implicados es el que, sobre el papel, tiene el compromiso menos complejo de la próxima jornada —recibe en casa al Celta, mientras el Mallorca juega en elCamp Nou y el Cádiz en el Sánchez Pizjuán— por lo también que podría llegar a Palma fuera del charco y rebosante de moral.

El Cádiz, que parecía el más fuerte del grupo hace solo unos días, después de derrotar al Barcelona a domicilio, se pegó un tiro en el pie durante el partido contra el Athletic y vuelve a estar envuelto por las dudas. Tras jugar en Sevilla, recibirá a un Elche muy apartado del fuego y se desplazará a Anoeta y Mendizorroza, además de recibir en el NuevoMirandilla al Madrid en el penúltima jornada, seguramente con la lucha por el título ya decidida. De aquí hasta el 22 de mayo no habrá un solo momento de tregua en torno a las alcantarillas de la Primera División.

El apunte

Entrenamiento a puerta abierta

La plantilla del Mallorca se ejercitará este sábado—a partir de las 11.00 horas— ante los ojos de sus aficionados. El club balear, aprovechando el parón competitivo de este fin de semana, ha decidido abrir las puertas de la ciudad deportiva de Son Bibiloni, que registrará un buen ambiente si la lluvia lo permite. El propio Moviment Mallorquinista ha animado a los aficionados a acudir a las instalaciones de la carretera de Sóller para animar a los futbolistas en un momento clave.