Amath, Jaume Costa, Fer Niño y Dani Rodríguez celebran un gol en Son Moix. | M.A.BORRÀS

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Encerrados en un laberinto desde aquella visita a San Mamés el pasado 11 de septiembre, con los bolsillos repletos de agujeros tras encajar once goles en los cuatro últimos partidos e inmerso en la peor racha de resultados (un punto de doce posibles) de la era Luis García, el Real Mallorca quiere recuperar el ánimo y recomponer su maltrecha figura. El equipo balear se autoexige la victoria para recuperar la confianza e irse de vacaciones -la Liga se vuelve a detener por los compromisos internacionales- con el ánimo restaurado. Si le hubieran dado a elegir un rival, seguro que el visitante de esta tarde hubiese sido uno de los escogidos. El Levante se presenta en Son Moix en una situación límite, con la luz roja encendida en el despacho de su entrenador y sin un triunfo en sus alforjas. Es cierto que algún día deberá reaccionar, pero también lo es que ahora mismo es uno de los enemigos menos feroces del campeonato. (Son Moix, Movistar, 16.15 horas)

Después de un amanecer de curso despejado y de afrontar el primer parón en zona europea y el pecho henchido de orgullo tras empujar al Espanyol por la cuneta -un empate y dos victorias-, el Mallorca se ha bloqueado. Incapaz de hacer daño en San Mamés, se trabajó el punto ante el Villarreal para caer con estrépito en el Bernabéu y desplomarse el pasado domingo en casa ante Osasuna en la ruleta rusa de un duelo que pudo ganar o empatar... pero que acabó cediendo.

Más allá de la derrota, el encuentro generó demasiado ruido mediático por el cambio de portero. LGPapostó por darle la alternativa a Dominik Greif, que se mostró tan despistado como inocente aunque tampoco fue el culpable de la debacle, y el propio técnico zanjó ayer mismo el debate sobre quién estará hoy bajo los palos. «Jugará Manolo», soltó el técnico sin ambages argumentando unas «ligeras molestias» del internacional eslovaco. Curiosidades al margen, las mejores noticias llegaron procedente de la enfermería, a rebosar desde hace semanas y que poco a poco se está vaciando. Así, Pablo Maffeo recuperará su plaza en el lateral derecho y Franco Russo regresará al centro de la zaga para formar pareja con Martin Valjent. Es noticiable la estadística con el argentino en el once:dos partidos y dos victorias. Con estos movimientos, Oliván (el único inquilino del vestuario que lo ha jugado todo) ocupará su plaza en el flanco izquierdo y la defensa -todavía sin Antonio Raíllo- será más reconocible.

En la sala de máquinas, es probable que repitan Baba y Salva Sevilla -sin descartar a Galarreta por el andaluz- mientras que en la vanguardia hay dos tipos intocables para LGP: Dani Rodríguez y Kang In Lee. El coreano está asumiendo a la perfección el rol de liderar la parcela ofensiva ante la ausencia de Take Kubo. Encara, inventa, dribla, dispara, crea, asiste... El bajón del Mallorca en el duelo ante Osasuna coincidió con su salida del terreno de juego. Para completar el once, donde Fer Niño parece fijo arriba, varios son los aspirantes a ocupar una de las orillas en ataque. Lago Junior, Mboula e incluso Antonio Sánchez aspiran a cubrir ese hueco que todavía sigue sin un inquilino indiscutible. Más allá de nombres, tácticas o pizarras, el Mallorca debe recuperar el estilo y dejar atrás esas dudas, sobre todo defensivas, que le están condenando en los últimos partidos. Valjent parece haber perdido seguridad, tampoco JoanSastre ha estado firme y Oliván, aunque cumple en el centro, tiene más profundidad que Jaume Costa para escarvar esa orilla. Y la portería ofrece dudas.

El Levante se presenta en Son Moix con las luces de alarma encendidas y el meritorio Paco López cuestionado. El equipo está arrastrando la mala dinámica de la pasada temporada una vez qu se vio salvado -un triunfo en las dieciocho últimas jornadas- y llega a Palma dispuesto a alzar el vuelo, aunque con la plantilla azotada por las bajas.

El conjunto valenciano pierde golpeo, fuerza,    talento y gol sin Bardhi, Malsa, Campaña y Roberto Soldado, aunque tiene a Roger y el Comandante Morales como amenazas en el primer partido sin limitaciones de aforo desde marzo de 2020.