Los jugadores del Real Mallorca. | Miquel Àngel Borràs

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Es una tarde para los festejos. Para la charanga y la algarabía. Un duelo sin nada en juego que servirá como escenario para la celebración del ascenso más extraño de su existencia. Porque el mejor Mallorca de la historia -arranca el duelo de hoy con la mayor cantidad de puntos (78) jamás lograda en una liga de 3- apenas ha podido festejar su hazaña. Las condiciones sanitarias han impedido que la afición y los jugadores celebraran el retorno a Primera División como se merecía. Apenas un centenar de seguidores acompañaron al equipo el pasado jueves a su regreso a la Isla de Tenerife, donde el martes (sin jugar) había conseguido matemáticamente el ascenso tras el enésimo fiasco del Almería.

Esta tarde, serán algo más de 4.000 privilegiados los que asistan a Son Moix para premiar a las huestes de Luis García Plaza después de rubricar una temporada para los anales. Para los libros de Historia. El Real Zaragoza, que también llega con los deberes hechos, será testigo de excepción del último partido del Mallorca en casa. De un duelo que servirá para despedir a varios futbolistas que ya no volverán a vestir la camiseta bermellona. Un caso especial será el de Álex López, tratado como uno más a pesar de no estar inscrito debido a la grave lesión que sufrió la pasada campaña y al que la hinchada quiere tributar su particular homenaje con cánticos en el minuto 10, el dorsal que lució en la campaña de Segunda División B. También cerrará su etapa en la Isla, en su caso después de casi toda una vida, el manacorí Miki Parera, que iniciará una nueva aventura.

Alternativas

El encuentro también servirá para ver a futbolistas que durante un tramo notable del campeonato se han pasado la mayor parte del tiempo a la espera de una oportunidad. Tipos como Gámez, Russo, Trajkovski, Cardona, el propio Mollejo podrán disfrutar de minutos -al igual que sucedió en Tenerife- aunque LGP también podría apostar por algunas de las vacas sagradas (Salva Sevilla, Dani Rodríguez, Raíllo, Abdón...) para que reciban el homenaje de la hinchada.

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Uno de los retos que perseguirá el Mallorca, aunque no depende exclusivamente de ellos, será el de mantener encendida la llama por el título de campeón -nunca lo ha conseguido en un único grupo de Segunda- ante un Espanyol que cantará el alirón si vence al CD Tenerife.

Por su parte, el Real Zaragoza afronta el partido con el objetivo de disfrutar jugando al fútbol, algo que no ha podido hacer durante toda la temporada en la que ha sufrido hasta que en la pasada jornada se aseguró la permanencia matemáticamente al derrotar al Castellón. El triunfo ante el conjunto ‘orellut' supuso una liberación para una plantilla en la que desde la llegada al banquillo de Juan Ignacio Martínez «JIM» ha estado disputando una final tras otra para no bajar.

Y ese sufrimiento fue mayor que la mayoría de los equipos porque, en un principio, el objetivo era luchar por el ascenso a Primera, propósito que desde el inicio de la campaña se torció y acabó con el equipo en zona de descenso, de donde lo cogió el técnico alicantino, lo que hizo todavía más dura la labor de sacarlo del pozo, sobre todo desde el punto de vista psicológico.

Ahora, con el equipo salvado, el conjunto ‘blanquillo' visitará al ya ascendido conjunto bermellón con la finalidad de ser feliz sobre el césped y, de alguna forma, intentar demostrar que, en otras condiciones, se podía haber luchado por el regreso a Primera.