Luis García reúne a sus jugadores a la conclusión del partido en Fuenlabrada. | Carlos Gil-Roig

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Luis García Plaza evita vender la piel del oso antes de cazarlo. El ascenso está cerca, está caliente, caliente, y las preguntas en las ruedas de prensa telemática empiezan a ser una trampa porque la sensación que envuelve al entorno es que el Real Mallorca ascenderá por la vía rápida. La inercia tomada por el equipo rojillo y la irregularidad del Almería hacen pensar en ese escenario. Sin embargo, LGP cuenta hasta diez, tira de prudencia y ver todavía lejano el día y la hora de las celebraciones.

No obstante, el entrenador sabe que su equipo se adentra en ese último tramo del maratón donde vas destacado junto a otro rival. Vas ganando metros, vas dosificando, tratas de animarte y sabes que seguramente agarrarás el premio final. Pero siempre miras de reojo atrás, observando la cara de sufrimiento del tercero en discordia, su forma de correr, de pisar, de dosificarse. Te sientes fuerte, pero llegan los miedos y las preguntas. ¿Será suficiente la distancia tomada? ¿Aguantará el rival el último esfuerzo? Ante esto solo queda mirar al frente y luchar porque apenas hay espacio para dosificar esfuerzos. Toca darlo todo.

Humildad

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García Plaza, consciente de que el periodismo siempre quiere ir demasiado por delante de los hechos, pidió este viernes «prudencia». «Ascender en Segunda es como ganar un título», dijo. «He vivido dos ascensos, es muy bonito, y lo mejor de todo es hacer feliz a la gente. Lo viví en el Levante, también en China y si lo consigo aquí no sé cómo reaccionaré. Lo mejor es dejarse llevar, pero ante todo hay que tener prudencia porque es cierto que podemos distanciarnos a ocho puntos del tercero, pero también en dos semanas podemos estar a dos. Nos espera un partido durísimo ante el Lugo y solo pienso en ganar los tres puntos y en mantener la distancia con nuestros perseguidores», subrayó.

En esta última fase de la carrera aparecen partidos trampa como el de mañana. El peor de la segunda vuelta, el Lugo, contra el mejor, el Mallorca. No hay duda para los quinielistas conservadores y poco dados a arriesgar. Pero García Plaza alerta del potencial del equipo gallego. «Es verdad que están en una dinámica un poco mala, pero no es de los peores, no está en zona de descenso. Las bandas que tiene me gustan mucho y es un equipo que nos obligará a hacer un buen partido. Sus extremos son peligroso y hay que controlarlos, al igual que sus jugadores altos. Se plantan en cada partido con cuatro o cinco jugadores de 1,90 y eso nos tiene que obligar a defender muy lejos de nuestra área para evitar que tiren faltas y córners», subrayó.

García Plaza sabe que el equipo se adentra en esa fase de la Liga donde todo se decide. Ahora la temporada entra en otra dimensión y del partido a partido se pasa a jugar de final a final. «Debemos mentalizarnos de que cada paso que demos ahora es muy importante. Habrá algún tropiezo, no vamos a ganar todos los encuentros, pero este domingo tenemos la oportunidad de sumar 68 puntos y eso es una cifra excepcional faltando ocho partidos. Los rivales nos obligan a dar lo mejor, y si hay que sumar 80 puntos para ascender, pues habrá que hacerlos, porque la exigencia es grandísima», reconoció. LGP dio otra clave para el éxito final. «Debemos estar todos muy unidos y empujar hacia la misma dirección». Esta es la receta de Luis García para llegar a Primera.