Los futbolistas del Real Mallorca se refrescan durante un alto para hidratarse en el estadio de La Cerámica. Este viernes en el Visit Mallorca Estadi tienen otra cita trascendental para el futuro. El choque ante el Leganés se ha convertido en la primera gran final del año. | Domenech Castelló

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Sin solución de continuidad el Real Mallorca se cita este viernes de nuevo con la competición y lo hace en un partido a cara o cruz ante el Leganés. El futuro en primera pasa forzosamente por ganar al equipo de Javier Aguirre porque solo de esta forma podrá aminorarse hasta cierto punto el estado de alarma en el que vive inmerso el conjunto de Vicente Moreno.

La reanudación de la competición ha dado como resultado dos derrotas que entraban dentro de la lógica y de lo esperado, pero que no por ello han aumentado esa sensación de dudas. Porque los rivales también juegan y el Espanyol está ya al acecho y por ejemplo ha sumado 4 puntos de 6 en esta reanudación del torneo situándose a un punto de los mallorquinistas.

El Leganés este viernes también llega a Son Moix con una presión enorme porque si para los baleares el encuentro es decisivo, para los de Javier Aguirre es el ser o no ser en la categoría. Una derrota les permitirá ya empezar a planificar la próxima temporada en Segunda División mientras que un triunfo hará que rearmen las esperanzas de salvación.

Imagen del partido disputado entre el Leganés y el Real Mallorca. Real Mallorca-Leganés: horario y dónde ver el partido

De ahí la importancia de los puntos en juego porque un triunfo motivará que los mallorquinistas tomen impulso y a su vez abran brecha de por medio con uno de los equipos directamente implicado en el descenso. Los baleares tienen la necesidad en este momento de hacer un F5 y mejorar sus números tanto en casa como fuera. Por ejemplo, lejos de Son Moix, el equipo bermellón ha vuelto a bajar sus prestaciones tras dos partidos seguidos puntuando fuera. Empató en el campo del Betis y ganó en Ipurua y este martes volvió a torcer la rodilla recordando tiempos pretéritos. De hecho, lejos de casa, el conjunto bermellón es el más goleado tras encajar 31 tantos y sigue siendo el peor visitante. Una circunstancia que va a ser difícil de variar si se valora el tremendo calendario que le espera al Mallorca lejos de Palma. De ahí la importancia de los partidos en Camí dels Reis y sobre todo la enorme trascendencia que tiene el partido ante el Leganés.

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Moreno también se encuentra en una disyuntiva complicada porque en dos partidos ha rotado más que en toda la temporada. Prácticamente, a excepción de los lesionados, han jugado todos, incluso Salibur. Casi nada. Y deberá ser así durante varios partidos porque los teóricos titulares no resistirán una ristra de partidos tan continua y con tanta exigencia.
El técnico tiene también la necesidad de encontrar soluciones urgentes a las vías de agua que exhibe el equipo en los laterales, sobre todo en el izquierdo. Un mal endémico que trató de solucionar el club en el mercado de invierno, pero la contratación de Leonardo Koutris no fue la solución por culpa de la lesión de larga duración que sufrió el futbolista.

Estado de ánimo

Pero el fútbol es un estado de ánimo y ganar al Leganés significará mucho, aunque luego hay que afrontar dos salidas seguidas a Madrid y Bilbao para jugar en Valdebebas y San Mamés. Será muy complicado sacar puntos de esas plazas, de ahí la urgencia y la necesidad de ganar sí o sí al conjunto madrileño este viernes.

El delantero del Real Mallorca Cucho Hernández intenta rematar en una imagen del partido del martes ante el Villarreal. La remontada requiere de ganar o ganar

En condiciones normales es un partido de esos donde el llamamiento a la afición sería notable, pero desgraciadamente esto ahora es inviable y el campo volverá a estar vacío como ocurrió ante el Barça. El Mallorca tendrá que sobreponerse a esta situación y sobre todo imprimir un ritmo muy alto más allá de la frialdad del ambiente. Ganar o ganar, no queda otra. Eso es innegociable.