El delantero del Real Mallorca Cucho Hernández intenta rematar en una imagen del partido del martes ante el Villarreal. | Carlos Gil-Roig

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Una final y punto. Toda la argumentación de la previa del encuentro del Real Mallorca se reduce a eso. Al partido que disputará este viernes el cuadro isleño ante el Leganés en el Visit Mallorca Estadi (19:30 horas) no se le puede restar un ápice de trascendencia ni tan solo para intentar desdramatizar la realidad. Porque si hoy no se gana la permanencia en Primera va a ser ya muy difícil. Tanto para el equipo balear como para el madrileño, el choque de esta noche es vital. Más que eso, es decisivo tanto en lo numérico como en lo moral. El cuadro rojillo viene de perder los dos partidos de la era post-COVID y ahora no queda otra que empezar a dibujar una remontada en mayúsculas que lleve al equipo a tomar cierto impulso.

Hay que salir a ganar desde el minuto uno, pese a la frialdad del campo y a la debilidad del equipo en los costados. Hay que ganar pese a jugar sin Raíllo y aunque sea en el último minuto y de penalti injusto. Es ganar o empezar a despedirse de Primera. No hay otra. Se han perdido todos los puntos que se podían perder, se han escuchado todas las lamentaciones que se podían escuchar y ahora, con nueve partidos por delante, solo el sonido de las victorias trasladará la serenidad necesaria para engancharse a la salvación.

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Es inminente que pueda llevarse a cabo un corte en la zona baja de la clasificación y, cuando esto suceda, el once balear tiene que estar situado en la división positiva. Por eso, el triunfo hoy es fundamental. Por eso y porque los dos próximos compromisos de los baleares son extraordinariamente difíciles: Real Madrid y Bilbao, y ya se sabe que este Mallorca fuera de casa no funciona. Ataca, pero no mata, asusta pero no intimida y en esta tesitura los partidos de casa y todos los puntos que hay en juego en Son Moix son mucho más que fundamentales.

Imagen del partido disputado entre el Leganés y el Real Mallorca. Real Mallorca-Leganés: horario y dónde ver el partido

Moreno no podrá contar con el central Raíllo y eso siempre es un problema, como es también un problema improvisar en los laterales. La banda izquierda flaquea enormemente y de una forma u otra hay que tratar de dar mayor solidez a esa zona del campo por la que los rivales hallan un filón.

Por lo demás, el equipo garantiza siempre un espíritu de lucha y de sacrificio del todo sobresaliente, pero de una vez por todas esta capacidad de sacrificio tiene que convertirse en resultados positivos. El Leganés viene de perder en el Camp Nou y a día de hoy está peor que los mallorquinistas. Aguirre fue expulsado y un mallorquín, Toni Amor, dirigirá al equipo desde el banquillo. Recupera a Siovas y Oscar Rodríguez, pero sigue pegando de inocencia delante. Ganar es capital. No hay otra.