Imagen de los jugadores del Real Mallorca bromeando durante un entrenamiento en Son Bibiloni. | Redacción Digital

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Con el mundo paralizado por el coronavirus y todas las competiciones deportivas flotando en el aire a mitad de camino, los interrogantes se amplían a medida que la lupa se acerca a cada una de las ligas, a cada uno de los clubes o a cada uno de sus jugadores. En el caso del Mallorca, el paisaje está totalmente cubierto por la bruma. A las dudas sobre lo que ocurrirá con el desenlace de la Liga —es uno de los equipos más afectados por la incertidumbre actual al ser uno de los tres que habitan bajo el nivel del mar y andas instalados en puestos de descenso—, se unen los interrogantes acerca del porvenir de muchos futbolistas. De los que tiene en el vestuario y de los que ha ido repartiendo por el mapa de la Liga a través de cesiones.

En total, más de una veintena de efectivos que a partir del 30 de junio deberían cambiar de rumbo, pero que en estos momentos desconocen dónde les situará el futuro a corto y medio plazo. Sobre todo si, como parece, el ejercicio futbolístico debe prolongarse de una forma u otra más allá de esa fecha.

Las dudas salpican a tres grupos de futbolistas. Los primeros de ellos son los que están todavía a las órdenes de Vicente Moreno, pero cuya relación con el Mallorca caduca a final de curso. Solo hay dos nombres subrayados en ese apartado, el de Xisco Campos y el de Marc Pedraza. En principio, todo apuntaba a que los dos agotarían su ciclo en la entidad en estas últimas jornadas que restaban por completar cuando se decretó el estado de alarma y la Liga quedó congelada hasta nuevo aviso.

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En el segundo grupo están todos los jugadores que habían aterrizado en Son Moix durante las dos últimas ventanas de fichajes para jugar a préstamo. Se trata de Fabricio Agosto (Fulham), Lumor Agbenyenu (Sporting Portugal), Leonardo Koutris (Olympiacos), Alejandro Pozo (Sevilla), Take Kubo (Real Madrid) y Cucho Hernández (Watford). Aquí el tema, suficientemente complejo y espinoso de por sí, se enreda aún más, ya que todos ellos deberían regresar a sus clubes de origen al desprecintarse el mes de julio. Y estos, como el Mallorca, también podrían tener mucho en juego sobre la mesa.

Para saberlo habrá que esperar, como mínimo, a ver qué deciden los organismos a la hora de resolver la temporada y a saber qué opinan sus clubes de procedencia, siempre y cuando dispongan de margen para maniobrar y tomar decisiones. Se trata, en cualquier caso, del bloque de la plantilla sobre el que existe una mayor preocupación: cuatro de ellos son titulares habituales en las alineaciones de Moreno y el potencial del equipo balear se vería muy afectado si se produjeran sus salidas.

El último pelotón de futbolistas lo integran aquellos que viven una situación exactamente opuesta a los del grupo anterior. Es decir, todos los jugadores que el Mallorca ha cedido, principalmente a conjuntos de Segunda y Segunda División B. Ahí figuran Russo (Ponferradina) y Carlos Castro (Lugo) —además también finalizan contrato en junio—, Buenacasa (Málaga), Álex López y Álex Alegría (Extremadura), Antonio Sánchez (Mirandés), Stoichkov (Alcorcón), Valcarce (Ponferradina), Enzo (Racing), Zlatanovic (Numancia), Pierre (Ibiza), Moyita (R.Majadahonda) y Galarreta (Las Palmas).