Vicente Moreno conversa con Andy Kohlberg en el banquillo de Son Moix. El presidente ha puesto orden y reorganizado el club. | REAL MALLORCA

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El Real Mallorca se reinventa tras la marcha de Maheta Molango. El objetivo ahora es reorganizar el club a nivel deportivo y de gestión y evitar los errores tan graves que han desembocado en la crisis deportiva, institucional y social.

El primer punto del nuevo orden tiene a Vicente Moreno como principal protagonista. Su rol en el club cambia y Andy Kohlberg ha renovado su confianza en él en todos los sentidos. Inicialmente el técnico está por encima de los resultados esta temporada, aunque eso siempre tiene un componente difícil de administrar, pero la idea de que con el equipo que tiene hace todo lo que puede y más ha calado en el seno de la propiedad y entienden que un relevo no es ni mucho menos garantía de que el equipo va a cambiar la dinámica. Al contrario, el espaldarazo que ha recibido estas últimas horas ha sido potente porque el foco de toda responsabilidad se ha descargado sobre la figura de Maheta Molango.

Moreno ha sido un invitado de excepción en los fichajes que llegaron en agosto, circunstancia que no volverá a ocurrir y existirá un equilibrio entre las posibilidades del club y los deseos del entrenador.

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También sale reforzada la figura de Javi Recio. Según pudo saber este miércoles esta redacción, la propiedad ha comunicado al director deportivo que cuentan con él y que trabajará codo con codo con el entrenador valenciano. Por otra parte la nueva propiedad no va a cometer el error de depositar de nuevo todo el poder en manos de un solo profesional, como ocurrió con Maheta Molango. De hecho, el principal motivo por el cual despidieron al antiguo consejero delegado fue porque la propiedad entendía que Molango llegó a pensarse que el club era suyo y que podía hacer y deshacer operaciones de relevancia sin consultar con la propiedad. Fichajes que debían llevarse a cabo y no se concretaron y otros que sí se llevaron a cabo sin autorización de los accionistas, colmaron la paciencia de Sarver, Kohlberg y Graeme Le Saux.

A partir de ahora nadie va a tener el poder absoluto en el club y tampoco nadie podrá actuar por encima de los propietarios. La idea es situar al exjugador del Chelsea (Le Saux) en una posición preferencial en la gestión de la entidad y a partir de ahí reforzar la estructura con la llegada de uno, dos o incluso tres profesionales más que permitan que el funcionamiento de cada área —económica, marketing y deportiva— sean operativas y sin que se lleven a cabo situaciones no contempladas en la hoja de ruta de la propiedad.

La salida de Molango y de la forma en que se produjo no fue casual ya que la propiedad buscaba precisamente una salida contundente para mandar un mensaje rotundo. Más allá del comunicado hecho público por el club y que venía a suavizar la traumática marcha del CEO, lo cierto es que la despedida ha causado el impacto que se preveía y será difícil que a partir de ahora nadie tome la decisión de ir por su camino.

Kohlberg, que también desde ahora va a implicarse mucho más en la gestión del día a día, ya mantuvo el lunes una reunión con los empleados del club para transmitir calma de cara al futuro y en la jornada de ayer lo hizo con representantes de los patrocinadores para informarles de las novedades y de los planes de futuro. Por fortuna, la propiedad sigue implicada al máximo en el proyecto y dispuesta a evitar los errores cometidos al dejar el poder en una sola persona. Empieza un nuevo orden.