El consejero delegado del Mallorca, Maheta Molango, charla con EFE en las oficinas de Son Moix en Palma. | Clara Margais - asc - EFE - EFE

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1.498 días, 4 años, 1 mes y 6 días. Un descenso a Segunda B y dos ascensos, este último a Primerera División. Sin embargo, la entrada a la máxima categoría no ha sido escudo suficiente para mantener al CEO, Maheta Matteo Molango (MMM), en su puesto. La propiedad ha dicho basta y siete meses después de los fastos tras consumar el ascenso a Primera han pasado ya al olvido. Molango tuvo una tarde de gloria que no supo prolongar en el tiempo. El primer día que entró en Son Moix sacó provecho del caos en el que andaba metido el club y con un discuso firme y sobre todo futbolístico, se ganó una confianza que con el paso de los meses fue dilapidándose a ritmo casi de vértigo.

ENTRENADORES
Contrataciones y ceses

Durante su mandato, Molango ha visto a cinco técnicos, Gálvez, Vázquez, Olaizola, Sergi Barjuan y Vicente Moreno ha fihado, desde Lago Junior hasta Pozo a 72 futbolistas, sin contar el gatillazo de Zungu. Si el fin justifica los medios, el ascenso a Primera ha necesitado de muchos futbolistas para poder llegar a la cima del fútbol español en un tiempo récord. Sin embargo, entre las grandes virtudes del CEO no ha estado la de generar empatía hacia su persona porque quien lidera un proyecto de ascenso a Primera, difícilmente sale por la puerta de atrás de los clubes.

RECURSOS ECONÓMICOS
Ventas y promoción

Su capacidad para generar recursos económicos y como apuntó el club «nuevas asociaciones de marketing» no ha sido tampoco aval suficiente para mantenerle en timón y ayer la propidad decidió cortar por lo sano.
Ni el descenso a Segunda B, ni la reacción generada por la afición en su momento motivaron que los máximos accionistas tomaran la decisión en su día de prescindir tanto de sus servicios como también de los del director deportivo, Javi Recio.

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EL FACTOR MORENO
El técnico sale reforzado

Ahora, en plena temporada, con las dos ventanas de fichajes cerradas, los accionistas han decidido que era el momento de promover un cambio y sobre todo serenar los ánimos de una afición que de nuevo pedía a gritos un movimiento de piezas para tratar de reconducir la situación. La propiedad ha reforzado la figura de Vicente Moreno. El entrenador, sin duda el lado más débil del eslabón cuando las cosas van mal deportivamente, contrariamente a la lógica del fútbol, en estos momentos no está cuestionado. El club ha decidido ir a por el vértice de la pirámide antes de que pagasen cargos intermedios. Entiende la propiedad que el entrenador es una víctima de una planificación terrible. Por desgracia, ahora ya no hay más ventanas de fichajes para poder enmendar nada y con los mimbres que tiene el entrenador hay que tratar de salvar la categoría.

UNA FINAL EN SON MOIX
Un partido clave

Tras caer en Cornellà y a falta de cinco días para el próximo encuentro en Son Moix, los dueños del Mallorca han apostado por tratar de rebajar una tensión que por momentos era inosportable. Contra el equipo vitoriano está en juego media salvación y todo lo que sea restar ambiente hostil en el campo será positivo para el equipo. Se encontraba el Mallorca en estos momentos en un callejón sin salida. Con Moreno intocable restaba apuntar al director deportivo o al CEO y este martes se tomó la decisión que incialmente menos afecta a la plantilla.

SU PRIMER MENSAJE
El club que se encontró y que deja

El ya ex directivo bermellón siempre defendió su gestión. «Cuando llegamos en 2016 nos encontramos un club hecho pedazos en todos los aspectos, social, económico y deportivo. El Mallorca estaba enfermo, mucho más de lo que la gente podía pensar, y ahora que hemos superado momentos muy complicados, con la amenaza, incluso, de descender a Tercera. Debemos ser coherentes y luchar por mantenernos en Primera», declaró en su día. Ahora la categoría peligra que quería defende peligra en gran parte por sus errores.