Maheta Molango, Javier Recio, Salibur y Vicente Moreno.

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El Real Mallorca ha entrado en barrena. Su derrota en Cornellà (1-0) ha impulsado la caída del grupo de Moreno, aunque también ha avivado los viejos debates que sacuden al equipo prácticamente desde que arrancó la pretemporada.

Los números de la escuadra balear son los peores del torneo si se toma como referencia las diez últimas jornadas. En este tramo de la competición, el Mallorca ha sumado 4 puntos sobre los 30 que ha disputado; un bagaje inasumible para cualquier equipo que aspire a la permanencia y también notablemente inferior al que han registrado los equipos que acompañan al equipo bermellón en el sótano de la clasificación: Leganés ha obtenido 12 puntos de 30; el Espanyol, 10 de 30 y el Celta, 11 sobre 30.

GESTIÓN
Molango en un primer plano

Su nivel de popularidad cayó en picado con el histórico descenso a Segunda B y se recuperó dos temporadas después con el regreso a Primera. Tras una cascada de fracasos, Molango pareció encontrar en Vicente Moreno al entrenador ideal. El técnico valenciano lideró la escapada del infierno y unos meses después lo devolvió a Primera. Ahí empezaron los primeros problemas. El hasta ahora CEO decidió asumir de forma personal todas las operaciones en el mercado y su política de fichajes abrió las primeras grietas con el cuerpo técnico. Fue Daniel Pendín, uno de los ayudantes de Moreno, quien saltó a la palestra para reclamar experiencia y calidad para poder afrontar el nuevo reto. Unos pocos días después de la reivindicación, el ejecutivo aprovechó la presentación en Cort del Ciutat de Palma para deslizar un mensaje contundente: «En este club unos entrenan y otros toman decisiones». De los catorce futbolistas que ha firmado el Mallorca esta temporada, dieciséis si se suman los dos refuerzos que han llegado en el mercado de invierno (Pozo y Leonardo Koutris), ninguno de ellos ha propiciado un salto de calidad relevante. Lumor se ha afianzado en el lateral izquierdo porque hasta ahora no ha tenido competencia, mientras que Take Kubo y Aleix Febas han ido perdiendo protagonismo a medida que la competición ha ido avanzando. Del resto, apenas se tienen noticias. Álex Alegría ha marchado cedido al Extremadura, Aridai decidió aceptar una oferta de Las Palmas y Baba Rahman fue dado de baja. Gente como Sedlar, Salibur, Trajkovski o Chavarría no cuentan para el entrenador y cuando han tenido minutos su aportación ha sido muy pobre.

El Mallorca ha despedido finalmente este martes a Maheta Molango.

DIRECCIÓN DEPORTIVA
La escasa influencia de Recio

El escaso nivel de los refuerzos también deja en mal lugar a Javier Recio, si bien hay que relativizar su papel y su nivel de influencia real. El director deportivo ocupa un cargo estratégico en el club, pero durante este verano su trascendencia ha sido mínima. Las propuestas de Vicente Moreno nunca fueron tomadas en cuenta y la incidencia de Recio ha sido muy pobre. Casi anecdótica. Eufórico por el ascenso, Maheta asumió exclusividad en el diseño del plantel. Javier Recio, que mantiene una excelente relación con Andy Kohlberg, presidente y uno de los principales accionistas de la SAD balear, ha asumido su papel sin rechistar y siempre ha rehuido de cualquier polémica, aunque en esta tesitura el papel de la dirección deportiva es bastante discutible.

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DISTANCIAMIENTO
La frustración de Moreno

En cualquier otro equipo profesional, la figura del entrenador llevaría varias semanas en entredicho. El conjunto bermellón ocupa puestos de descenso; su productividad como visitante es paupérrima (1 punto sobre 33) y el fútbol de su equipo parece estancado, pero este debate en el Mallorca no parece tener cabida. Moreno goza de un enorme prestigio entre la hinchada y existe el convencimiento de que es imposible sacar un mayor rendimiento a estos jugadores.

El preparador valenciano apostó desde un principio por dar continuidad al núcleo de jugadores del ascenso, una fórmula que la temporada pasada dio un excelente resultado. El principal problema es que la exigencia se ha exponenciado y que el armamento del que dispone Vicente Moreno es escaso.

Independientemente de los que sucedió durante el verano y en la planificación del nuevo proyecto, los sucesos acaecidos en la segunda ventana de incorporaciones han generado una profunda frustración entre el cuerpo técnico. Moreno sabe que sus futbolistas llevan tiempo jugando al límite y que eso apenas le ha dado para competir. El técnico aguardaba refuerzos en el mercado de invierno, pero la realidad es que la plantilla apenas ha registrado movimientos relevantes.

Aunque siempre evita polemizar, Vicente Moreno no ha ocultado su decepción con la inacción que ha exhibido el club durante las últimas semanas. Su distanciamiento —y decepción— con Maheta Molango es un secreto a voces.

Pocos días después del cierre del mercado, el entorno del hasta ahora CEO, Maheta Molango, ha filtrado que ha sido la propiedad la que ha vetado de forma sistemática las nuevas incorporaciones. A Molango nunca le han gustado las críticas —ni los críticos—, aunque la realidad es que el Mallorca ha sido rehén de su planificación deportiva y no intentó rectificar cuando ha tenido la oportunidad.

Maheta Molango también tenía más o menos claro que un cambio de entrenador le situaría de nuevo en un primer plano y totalmente desprotegido, de ahí que el mallorquinismo tenga asumido que, pase lo que pase, Vicente Moreno Peris finalizará la temporada en el banquillo del Mallorca.