Antonio Raíllo, futbolista del Real Mallorca, abandona el campo con molestias durante el partido contra el Valladolid en Son Moix. | M.A.Borràs

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El Real Mallorca y su defensa están pendientes de Antonio Raíllo. El futbolista cordobés, que cayó lesionado durante el partido contra el Valladolid, es ahora mismo la gran incógnita de un equipo que el domingo, contra el RCD Espanyol, pondrá parte de sus opciones de supervivencia sobre la mesa. Aunque los problemas musculares que arrastra no son tan significativos como podía parecer en un principio, el concurso del futbolista en Cornellà dependerá de la evolución que presente a partir del miércoles, cuando la plantilla regrese a los entrenamientos.

La presencia de Raíllo en el once suele ser un signo de estabilidad para el Mallorca. No es el defensor más utilizado del plantel, un privilegio que le corresponde a Martin Valjent (el eslovaco es, junto a Dani García y Kiko Olivas, uno de los tres únicos jugadores de campo que no se han perdido un solo minuto de la competición regular), pero sí una pieza fundamental para el buen funcionamiento del sistema de seguridad bermellón, algo debilitado con el salto de categoría y el paso de las semanas. De hecho, en lo que va de temporada el Mallorca no ha sumado ningún punto cuando el andaluz se ha caído, normalmente por lesión, de la pizarra del técnico en la Liga. Algo que ha ocurrido ya en cuatro ocasiones durante los últimos cinco meses. Se perdió tres encuentros seguidos a finales de septiembre por unas molestias cervicales que le provocó un fuerte golpe con Sedlar durante un entrenamiento en el que los dos centrales caían lesionados y le tocaba a Xisco Campos dar un paso al frente para redebutar con el conjunto balear a los 37 años y completar la zaga en los partidos frente a Getafe (4-2), Atlético de Madrid (0-2) y Alavés (2-0), saldados todos con derrota. La última baja de Raíllo en la Liga se produjo en diciembre, con motivo de la visita del Sevilla al estadio de Son Moix. Había sido expulsado una semana antes en Balaídos y su puesto al costado de Valjent lo ocupó Aleksandar Sedlar, que debutaba ese día con una más que aceptable actuación individual pero con una nueva derrota para el equipo (0-2).

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Para Raíllo el del domingo en Cornellà (12.00 horas) será uno de los partidos más especiales de la temporada, ya que se enfrentaría a uno de sus clubes de formación sobre el mismo escenario en el que se estrenó en Primera División, hace ahora cuatro años y medio. Concretamente, en agosto de 2015. El Espanyol de Sergio González -técnico actual del Valladolid- recibía al Getafe en la primera jornada del curso y Raíllo, que compartía once con Salva Sevilla, disputaba los noventa minutos. Repetiría una semana más tarde en el campo del Villarreal y durante esa misma campaña intervendría en otros dos duelos contra Celta y Eibar, éste último ya a las órdenes de Constantin Galca. En la segunda vuelta del campeonato fue cedido a la Ponferradina, el paso previo a su fichaje por el Mallorca.

El de Raíllo es, por el momento, el único interrogante del Mallorca para ese partido contra el Espanyol que marcará la batalla por la salvación y que podría dejar a uno de los dos muy tocado. Valjent solo se perdió la sesión del lunes por precaución e incluso Yannis Salibur parece encontrarse ya a punto para Moreno, que tiene toda la semana para preparar una cita determinante.