Los jugadores del Real Mallorca se conjuran antes del encuentro ante el Atlético de Madrid en Son Moix. | Miquel Àngel Borràs

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Seis jornadas disputadas, cuatro puntos en la taquilla, uno de los últimos quince en juego y en puestos de descenso.

El regreso del Real Mallorca a la Tierra Prometida se está convirtiendo en una carrera de obstáculos para un equipo con inercia ganadora en las dos últimas campañas que se está acostumbrando a la derrota.

El revolcón del miércoles en Son Moix ante el Atlético (0-2), el triunfo del Eibar (remontó un 0-2 ante el Sevilla) y el empate del Espanyol en Vigo (1-1) agrandan la brecha de una herida que se resume con la penúltima posición.

La base de Segunda B

La base del equipo titular en Primera División sigue siendo la de Segunda División B, con el evidente salto de calidad que existe entre ambas categorías. Para medirse a un equipo Champions y a uno de los grandes, a un Atlético de Madrid que aspira a todo, Moreno incluyó a cinco supervivientes de bronce en el equipo titular. Reina, Xisco Campos, Sastre, Salva Sevilla y Lago desfilaron por la pasarela del once inicial. Son futbolistas que han rendido a un gran nivel en las dos campañas precedentes, pero que están acusando la diferencia.

La escasa calidad de los fichajes

De la docena larga de caras nuevas que han abierto la puerta del vestuario durante el pasado verano, solo dos de ellos fueron titulares anteayer: el ghanés Lumor y el japonés Kubo. El caso del lateral izquierdo regresó al equipo inicial para sustituir a su compatriota Baba Rahman, que cumplió en su estreno ante el Athletic Club pero que cayó lesionado en Getafe y estará dos meses en la enfermería. Lumor Agbenyenu, que está cedido por el Sporting de Lisboa, donde apenas jugó, se está mostrando como un futbolista sin nivel para la máxima categoría, sobre todo desde el punto de vista defensivo. De hecho, su banda fue una autopista para los jugadores del Atlético de Madrid. Con Rahman lesionado, la otra opción que maneja Vicente Moreno pasa por incrustar a Fran Gámez en la banda izquierda, con Sastre en la derecha.

Del resto de las incorporaciones, el macedonio Aleksander Trajkovski, que estaba llamado a marcar diferencias, apenas ha generado noticias. De hecho, el público cargó contra él después de que se liara dentro del área tras recibir un gran centro de Abdón Prats que le dejaba en el mano a mano con Oblak.

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Falta de intensidad y convicción

El Real Mallorca ha perdido una de sus señas de identidad: competir. En los dos últimos partidos, sobre todo en las primeras partes, el grupo balear ha entrado a los encuentros con demasiados complejos y sin apenas ofrecer resistencia a su rival. Sucedió en Getafe y ante el Atlético de Madrid. El propio Vicente Moreno apuntó que si repetían el primer tiempo estarán «muy lejos» del resto de equipos. Y es que si no puedes competir en calidad, al menos sí en lucha, sacrificio e intensidad.

Siete caras nuevas casi inéditas

Solo cuatro de los jugadores llegados este verano han formado parte de la pizarra inicial de Vicente Moreno. Los laterales ghaneses Lumor y Baba Rahman, el centrocampista Aleix Febas y, el pasado miércoles, el japonés Take Kubo, que sustituyó precisamente al catalán. El resto de incorporaciones (Fabricio, Sedlar, Señé, Chavarría, Salibur, Trajkovski y Álex Alegría) todavía no han comparecido por el once titular y su presencia ha sido testimonial.

Budimir, el llanero solitario

Es la principal referencia ofensiva, pero precisa de acompañamiento. Ante Budimir se pasa el partido peleando con los defensas rivales, como un islote. Solo cuando el equipo ya nada a contracorriente -anteayer el técnico sacó a Abdón y Álex Alegría- el Mallorca juega con dos puntas.

Kubo, la mejor noticia

En su primer partido como titular, después de forzar un penalti y dar una asistencia en los dos partidos anteriores, Take Kubo demostró su calidad. El futbolista japonés, cedido por el Real Madrid, fue una pesadilla para la zaga atlético y en su pierna izquierda nacieron las mejores y únicas ocasiones del Mallorca durante todo el encuentro.