Integrantes de la Penya Mallorquinista Universitària de Barcelona posan con seguidores del Reus Deportivo en el desplazamiento del curso pasado. | Carlos Montes de Oca

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Alejados del forofismo más extremista, enemigos de la trifulca y con el fair play como primer mandamiento, la Penya Mallorquinista Universitària de Barcelona culminó el domingo en Sabadell su segunda temporada como embajadores del club por toda Cataluña.

Han sido siete desplazamientos, desde Peralada a la Nova Creu Alta, pasando por Lleida, Olot, Badalona, Llagostera y Cornellà. Fundada hace poco más de un año y media, en la directiva están Miquel Ripoll (presidente), Jordi Cifre (vicepresidente), Joan Nadal, Tomeu Rayó y Pere Josep Cifre.

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«Somos unos 50 socios, pero en algunos desplazamientos hemos superado el centenar y medio de seguidores que nos han acompañado», comenta Miquel Ripoll, un mallorquín de 21 años que estudia Programación y diseño de videojuegos en ENTI-UB.

«El año pasado fuimos a Tarragona, Reus y Girona y esta campaña hemos estado en los siete partidos que ha disputado el equipo en Cataluña. Buscamos siempre la opción económica más asequible y de momento hemos conseguido llenar todos los autobuses contratados».

Antes de cada partido, la peña organiza un almuerzo con la afición local porque «la rivalidad solo dura los 90 minutos del partido. Nosotros estamos para animar al Mallorca», comenta Ripoll.