El grupo americano que estudia implicarse en la compra del Real Mallorca ha empezado a recabar datos del club y una de las personas escogidas para abanderar su proyecto es Bartolomé Beltrán, que ocupó el cargo de presidente las temporadas en que el Mallorca deambulaba por Segunda División y consiguió movilizar y aglutinar a la afición hacia un proyecto común y consumar el ascenso a Primera. El doctor es consciente de las dificultades que entraña la compra del club. | Jaume Morey

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Un grupo de capital riesgo americano está interesado en hacerse con el control del Real Mallorca y está dispuesto a invertir en el club siempre y cuando pueda adquirir un mínimo del 51 % del paquete accionarial de la SAD Balear. El otro dato que acompaña a este tratado de intenciones está focalizado en la persona que este grupo desea poner al frente del proyecto y no se trata de un desconocido para la afición mallorquinista ya que el hombre escogido para presidir el Mallorca sería Bartolomé Beltrán.

Según ha podido conocer Ultima Hora este importante grupo de capital riesgo americano ya ha contactado con el médico y comunicador y la respuesta que han encontrado no ha sido ni positiva ni negativa y el expresidente ha abierto un periodo de reflexión a la espera de conoce cómo se desarrollan los acontecimientos.

Inicialmente este grupo inversor está valorando la opciones que le ofrece el mercado futbolístico porque su intención es invertir en un club de la LFP y una de las opciones que están estudiando es la que ofrece el Real Mallorca, pero no es la única ni tampoco la definitiva. Es una más, pero no es menos cierto que el hecho de que se hayan disparado toda una serie de movimientos alrededor del club ha despertado su interés.

Utz Claassen
Ha sido el primero en mover ficha y en recibir una negativa

Los primeros datos recabados desgraciadamente no invitan al optimismo porque todo son dificultades a la hora de tratar de adquirir el paquete mayoritario de acciones. La sindicación entre Cerdà y Serra y el hecho de que se pueda entrar en una subasta pública no beneficia a ningún potencial inversor. Este grupo está ya al corriente de la primera oferta que realizó Utz Claassen esta misma semana, saben de las cifras que ofreció el consejero alemán y la negativa que recibió. Por lo tanto hay que elevar la puja, pero ahí también existe un problema añadido y es que al precio de las acciones hay que añadir la inversión que requiere hacer un equipo completamente nuevo en Primera o en Segunda y también cubrir las obligaciones del convenio de acreedores.

Se hace complicado por lo tanto orquestar una operación de venta en un límite más o menos corto de tiempo. Serra Ferrer ha manifestado que hasta el próximo verano no tiene previsto sentarse a valorar las propuestas que llegan, mientras que Biel Cerdà es un universo por descubrir, cambiante de un día a otro y es muy complicado negociar con él y tratar de llegar a acuerdos. Utz Claassen lo ha experimentado en primera persona.

Los últimos movimientos que ha realizado este grupo de capital riesgo estriba en conocer los detalles del concurso de acreedores y que obliga al Mallorca a cubrir los 35 millones de deuda que le restan por cubrir después de que la cifra total de 80 se redujera a la mitad.


Subir para pagar

Si el club balear está en Primera División debe destinar cada temporada 4,5 millones de su presupuesto a cumplir con las obligaciones del convenio y si bien en Segunda estas cantidades se reducen, lo cierto es que no queda más remedio que subir a la máxima categoría, generar más ingresos y pagar lo adeudado para evitar entrar en liquidación.

Este factor de máximo riesgo es precisamente lo que puede hacer incluso que un grupo acostumbrado a operaciones de mucha envergadura, quiera estudiar con máximo detalle los pros y contras de una inversión que requeriría de un enorme sacrificio financiero. Consciente de todos los hándicaps, Bartolomé Beltrán se mantiene a al expectativa porque él sabe perfectamente la realidad de la institución, lo complicado que es el organigrama accionarial del Mallorca y las dificultades que entraña una aventura en el club.