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La situación entre Llorenç Serra Ferrer y Gabriel Cerdà sigue enrocada. El máximo accionista del Mallorca traslada al presidente su intención de mantener su autonomía en el área deportiva o romper el pacto de sindicación sellado entre ambos hace apenas cuatro meses. Los dos apoderados del club balear, que hace tres semanas exteriorizaron su divorcio absoluto, mantuvieron ayer una reunión para intentar desbloquear una situación que ha enrarecido el ambiente por los pasillos de Son Moix. Ni siquiera el hecho de acudir a varios actos juntos durante la jornada -comida de la Asociación de Veteranos, visitas a hospitales, cena de empresa...- invita a pensar en una cordialidad. Más bien lo contrario. En todos los casos se ignoraron el uno al otro. En principio, tanto Cerdà como Serra quedaron en continuar hoy con las conversaciones para tratar de sellar una paz al conflicto televisado que mantienen desde hace semanas.

Desde que estalló el conflicto a finales del pasado mes de noviembre, los dos aliados han adoptado caminos contrapuestos. Se han evitado. No han compartido ningún desplazamiento y apenas han coincidido por el centro de operaciones de la entidad balear. El pobler es habitual en Son Bibiloni, mientras que al pollencí se le ve más por el Estadi.

Solución

La solución a este conflicto se antoja complicada y no se adivina en el horizonte. Serra Ferrer no quiere que nadie se entrometa en su parcela, que compete a la dirección deportiva. Gabriel Cerdà dejó claro en un comunicado enviado a los medios de comunicación la semana pasada que mantendría en el cargo a Serra Ferrer aunque le pide «más transparencia» así como remitir al resto de consejeros de informes completos sobre los fichajes para someter estos a consenso.

Serra Ferrer no se encuentra cómodo en esta situación y ha dejado entrever que si no mantiene la autonomía en su parcela, romperá la sindición y abandonará el club, una circunstancia que este periódico puso sobre la mesa al día siguiente de que se exteriorizara su ruptura con Gabriel Cerdà.

De hecho, un factor que puede hacer decantar la balanza es que el entorno familiar del máximo accionista no quiere que se alargue esta agonía y presiona para que Serra Ferrer deje la entidad, tres años y medio después de su aterrizaje en la entidad.