Tomás Pina lucha un balón con un jugador del Betis. | Javier Díaz

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En la Liga hay partidos definitivos y el de hoy es uno de ellos. Si la pasada temporada el Mallorca estaba metido en la lucha por Europa, hoy el equipo dirigido por Gregorio Manzano busca tres puntos ante el Betis (Son Moix, 22:00 horas) para seguir creyendo en el milagro de la permanencia. Para seguir vivo. Si pierde se va a Segunda. Así de cruel es la realidad que rodea al cuadro balear.

Atrás quedan un enorme número de oportunidades perdidas, de puntos sin sumar, de errores propios y fallos arbitrales...ha habido tiempo para no verse en la situación de hoy, pero la realidad es que esta noche, a partir de las diez, los baleares tienen una cita con un partido de la máxima donde hay que ganar para seguir respirando. Para seguir con vida. Cuando un equipo de fútbol habla abiertamente de «milagro» es porque no es suficiente agarrarse solo a lo terrenal para mantener la fe. Hace falta algo más, mirar al cielo, invocar a los dioses, revertir la situación a golpe de creer y volver a creer. El objetivo hoy es sumar tres puntos o como mínimo uno para no perder la categoría. Ayer bajó el filial a Tercera y sería muy cruel que hoy el primer equipo se despidiera de Primera.

Superación

El Mallorca cierra hoy la jornada y por lo tanto ya sabe a qué atenerse tras jugar ayer Deportivo y Zaragoza. El equipo gallegó ganó y el conjunto aragonés se metió en descenso tras caer ante el Athletic. Eso da vida a un Mallorca que en San Mamés realizó un ejercició de superación cuando buscó el empate con un jugador menos y tras ir perdiendo dos a cero. Por actitud no será, por querer tampoco...otra cosa es poder. Cuando más solidez necesita el equipo más errores se cometen; cuando mayor es la necesidad de tener templanza, más nervios aparecen y entre una cosa y otra, el Mallorca ha ido poco a poco cavando su propia tumba, impulsándose hacia abajo, hacia el infierno maldito que mira a Segunda.

Los motivos para la esperanza pasan hoy por encontrar a un Mallorca metido y concentrado, por tener más la pelota que el rival, por generar más que un Betis que es cierto que mira a Europa, pero que no tiene la guillotina a punto de deslizarse por las dos barras verticales como sí tiene el Mallorca. En partidos como el de esta noche la necesidad supera a los objetivos y luchar por sobrevivir siempre te obliga a más que hacerlo por intentar meterte en la segunda competición continental. Otra cosa es la ansiedad, los nervios, la tensión que genera el encuentro y cómo se maneja. Ya no se trata de alinear a tres, cuatro o cinco jugadores veteranos, se trata de buscar un patrón de juego que evite en la medida de lo posible que el campo se incline en tu contra. Todo indica que Pedro Bigas se ha recuperado y eso es una grata noticia. Por lo demás el resto del equipo se asemejará mucho al que jugó de inicio en San Mamés. Hoy el partido es a vida o muerte. Perder es morir y ganar es mantener viva la llama de la permanencia. Los tres puntos pemitirán gritar otra vez que sí se puede.