El delantero del Athletic Club Aritz Aduriz (c) remata un balón que supone el primer gol de su equipo junto a los jugadores del Mallorca Andreu Fontas (i) y Tomás Pina. | Efe

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Athletic 2 - 1 Mallorca


Athletic: Iraizoz; Iraola, Ekiza, San José (Iturraspe, min.46), Aurtenetxe; Gurpegui, De Marcos, Herrera; Susaeta, Aduriz (Llorente, min.55) y Muniain (Ibai, min.71).

Mallorca: Aouate; Hutton, Geromel, Fontás, Ximo; Tissone, Pina; Giovani Dos Santos, Martí (Nsue, min.67), Víctor (Arizmendi, min.57); y Hemed.

Goles: 1-0, min.7: Aduriz. 2-0, min.78: Llorente. 2-1, min.80: Giovani dos Santos.

Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Expulsó a los visitantes Fontás, en el minuto 23, y a Ximo en el 91, a ambos por doble amonestación. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Aduriz, Gurpegui, De Marcos e Iraola, y a los visitantes Martí y Hutton.

La ovación que dedicó San Mamés a los futbolistas del Mallorca sintetiza la crónica de una muerte anunciada. Cabizbajos, los jugadores se adentraron en el túnel de vestuarios conscientes de haber llegado al peor final posible, después de perder su última batalla en la guerra de la salvación. El grupo balear se repuso a una expulsión dudosa de Fontàs a los veinte minutos, buscó todos los resquicios posibles para prolongar el milagro, pero desfalleció en el intento. La Primera División se escapa por el desagüe de La Catedral en la última visita. Las matemáticas aún no lo corroboran, pero este equipo, salvo algo más que un milagro en las tres últimas jornadas, militará la próxima temporada en el infierno de Segunda dieciséis temporadas después (2-1).

A Manzano le dio un ataque de entrenador. Mandó a la grada a Anderson para situar a Fontàs e improvisó con Ximo en la banda izquierda. Cuatro laterales zurdos en la plantilla y se juega el partido terminal con el lateral derecho... Esta revolución desquició a la zaga y contagió al resto del equipo. En apenas veinte minutos, al catalán le dio tiempo para ver dos tarjetas; cometer un penalti muy dudoso por unas presuntas manos; no marcar a Aduriz en el gol y retirarse a las entrañas de San Mamés con cara de circunstancias.

Los dos equipos demostraron con creces su situación en la Liga en el arranque. Incapaces de dar dos pases, al Athletic le bastó con los diálogos que establecieron Iraola y Susaeta por su banda para asfixiar al Mallorca. Bielsa se dio cuenta de las grietas de su enemigo por el flanco izquierdo de la defensa, con Fontàs y Ximo, y ordenó zafarrancho por aquel costado.

El Athletic abrió la lata gracias a Tissone. El argentino le regaló un balón a Aurtenetxe que el lateral agradeció con un centro de lujo que Aduriz no desaprovechó. Aritz conectó su testa en las narices de Fontàs y San Mamés estalló. El gol despertó al Mallorca, que se asomó a Iraizoz aprovechando el tembleque de la zaga bilbaina en cada acción. Con Martí mordiendo en la presión, el grupo balear lo intentó con Víctor y alguna falta del centrocampista, que ayer jugó más adelantado.

La escuadra vasca seguía a lo suyo. A perforar la banda izquierda. Con Ximo deambulando, Víctor tuvo que multiplicarse para tapar agujeros. De repente, otra combinación por ese carril y el balón que pega entre el pecho y la mano de Fontàs. Penalti y segunda amarilla en el minuto 23. Con todo perdido, Aouate aprovecha el regalo de Aduriz, que lanzó fatal, para despejar el cuero. En el rebote, Muniaín marca, pero Hernández Hernández, calamitoso toda la tarde, lo anula por un supuesto fuera de juego.

La expulsión fortaleció al Mallorca, que jugó mejor, y descentró al Athletic, que desplegó su peor versión. Atemorizados como niños, la escuadra de Bielsa ganó porque supo exprimir mejor los regalos de su enemigo.
Tras el descanso, el partido mantuvo el mismo guión. Manzano movió piezas. Arizmendi y Nsue pisaron la arena y aportaron más llegada, aunque todo el juego dependía de los slaloms de Giovani. Nsue encadenó dos buenas ocasiones, pero no acertó. La respuesta del Athletic fue rotunda. Balón picado a Susaeta, Aouate sale mal y el balón acaba en la pierna de Llorente, que fusila con Geromel bajo los palos. Los pitos al navarro, que había reemplazado a Aduriz, se convirtieron en aplausos.

Respondió el grupo bermellón con Gio, que mandó una falta a la escuadra para encender las calderas de la esperanza. Era el minuto 81 y de ahí al final el Mallorca encerró a un enemigo tembloroso. El mexicano monopolizó las oportunidades, pero el gol no llegó. El pitido final finiquitó el partido y cerró la etapa más brillante en la historia de la entidad. Solo falta la confirmación.