Pedro Geromel. | Teresa Ayuga

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Es el peor Mallorca en tres décadas y el segundo más deficiente de toda su historia. Desde que regresó a Primera División hace más de tres lustros, jamás había llegado a estas alturas del curso (23ª jornada) con los bolsillos tan ligeros. Los 18 puntos que acumula en la actualidad suponen su bagaje más pobre en las dieciséis temporadas consecutivas que acumula en la nobleza de la Liga. Nunca había sumado tan poco en tantas jornadas. Ni siquiera en las temporadas 2004-05, 2005-06 y 2008-09 -en esas tres campañas el conjunto bermellón también ocupaba posiciones de descenso a estas alturas- llegó a este capítulo del curso con un botín tan deficiente.

En la temporada 2004-05, que inició Benito Floro y acabó Héctor Raúl Cúper, el Mallorca sumaba 21 puntos, tres más que en la actualidad. El conjunto bermellón logró la salvación gracias al derrumbe del Levante en el tramo final del curso.

Al año siguiente, cuando Gregorio Manzano asumió el mando tras la dimisión de Cúper precisamente al término de la jornada disputada este fin de semana, la situación era prácticamente un calco a la actual. El Mallorca era colista con 19 puntos, uno más de los que totaliza ahora. La reacción fue inmediata y con el técnico de Bailén logró dos triunfos consecutivos (en Málaga y frente al Real Madrid) que impulsaron a la escuadra bermellona, que mantuvo la categoría con cierta solvencia.

La última vez que el Mallorca tragó saliva a estas alturas del campeonato se produjo hace apenas cinco campañas, también con el preparador jienense al mando de las operaciones. En aquella ocasión, la escuadra balear estaba en plazas de descenso (18º) con 21 puntos. Tampoco pasó por demasiados apuros para amarrar la permanencia, gracias a su buena recta final del curso.

Números rojos

Para encontrar la peor temporada de su existencia, en la máxima categoría, hay que retroceder hasta la campaña 1983-84. Aquel año, el Mallorca era penúltimo con 15 puntos (17 aplicando el baremo de tres puntos por victorias) gracias a sus dos victorias, once empates y diez derrotas en las 23 primeras jornadas.

Pero no solo en el aspecto de puntuación los registros son de récord negativo. Más bien todo lo contrario. Jamás había perdido 13 partidos en 23 jornadas desde que retornó a la élite, ni presentaba una diferencia de goles tan negativa (-20) desde hace más de 30 años.