El técnico del Mallorca, Joaquín Caparrós, en un gesto reflexivo durante una entrevista concedida a este diario. | Michel's

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En pleno caos institucional y con la basura del consejo esparcida por todo Son Moix, Joaquín Caparrós ha decidido enterrar su característica lengua de madera. El utrerano, que se niega a asistir como un simple espectador a esa guerra interna que tiene en jaque al Mallorca, se soltó ayer la melena ante los micrófonos de Onda Cero y volvió a bajar al barro para atizar con dureza a algunos de los actores principales de la historia. Sobre todo a Utz Claassen y Biel Cerdà, a quienes acusa de «irresponsables» por forzar, entre otras cosas, la salida de Jaume Cladera como presidente.

En una entrevista concedida al programa Onda Deportiva , el técnico utrerano volvió a darse una vuelta por el campo de batalla para lanzar varios mensajes envenenados y dejar muy clara su postura. «La marcha de Jaime (Cladera) ha sido un palo para el vestuario. El resto de consejo de administración no son responsables», señalaba el utrerano en referencia a los miembros del órgano de gobierno del club que precipitaron la caída del anterior mandatario. «Son ir-res-pon-sa-bles, porque si fueran responsables no estarían haciendo lo que están haciendo. Así de claro. Gente con sentido común que quiere el bien del Mallorca no estaría haciendo ahora mismo este tipo de cosas», subrayaba.

Duro mensaje

Caparrós, sin embargo, guardaba las frases más duras de su discurso para responder a las cuestiones acerca del nuevo modelo de gestión del consejo planteado recientemente por Utz Claassen: «Hay que ponerse a rezar y tenemos que ir todos a la Catedral. Todos tenemos nuestra virgen y debemos rezarle, porque sí ahí hay gente que lo más redondo que ha visto es un barco, apaga y vámonos».

El técnico andaluz se extendía en sus explicaciones, aunque lo hacía sin rebajar en un solo gramo la amargura de sus críticas. «El nuevo modelo, y lo digo como entrenador aunque eso pueda generar antipatía, es una chorrada, una tontería», advertía. «¿Una nueva gestión para el consejo? Pues será el primer club de la Liga y el primer equipo del mundo que lo hace. ¿Hay que someter a votación si un futbolista se ficha o no se ficha? ¿En qué país estamos? Estamos en la alta competición y en la Liga», recordaba visiblemente molesto.

No obstante, tampoco es la primera vez que Caparrós se entromete en la batalla del consejo. Aunque recuerda una y otra vez que la prioridad en estos momentos es centrarse en la supervivencia deportiva, el técnico ya quiso posicionarse públicamente al lado de la facción oficialista del consejo sólo unos días antes de que el Mallorca fuera vapuleado en el campo del Levante. En pleno bache y con el equipo protagonizando una de las series de resultados más negras de toda su historia -en ese momento acumulaba nueve partidos de Liga sin ganar- salió en defensa de Jaume Cladera, que acababa de anunciar que cerraba su ciclo en la presidencia, y definió su posición sobre un escenario particularmente complejo.

El precedente Larsen

El órdago lanzado por Joaquín Caparrós guarda ciertos paralelismos con otro de los grandes puntos negros de la era Serra : la salida del club de Michael Laudrup. El entrenador danés oficializaba su marcha de Son Moix sólo un día después de que su segundo entrenador, Erik Larssen, fuera despedido por cuestionar, en unas declaraciones a un portal web de su país, la capacidad de Serra Ferrer para gestionar una entidad deportiva. «Es un inepto y mala persona, porque podemos ver cómo trata a todos en el club. Quiere controlarlo todo. Pago una cena si encuentras a alguien que pueda decir algo bueno de él», apuntaba entonces el danés.

«Hay que ponerse a rezar porque si ahí hay gente que lo más redondo que ha visto es un barco, apaga y vámonos»

Sobre la configuración del consejo planteada por Claassen