Pep Lluis Martí.

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Sus compañeros de equipo Ximo Navarro, Emilio Nsue, Kevin García o Álvaro Giménez apenas tenían edad para hacer la comunión cuando Pep Lluís Martí (Palma 28-4-1975) debutaba en Primera en Son Moix un 16 de abril del año 2000 ante el Alavés. Tenía 24 años y Fernando Vázquez le dio la alternativa antes de tener que forjarse una carrera profesional entre Tenerife, Sevilla y San Sebastián. Quizás los benjamines del vestuario rojillo ni siquiera sabían lo que era un balón de fútbol cuando el centrocampista ascendía con el filial del Real Mallorca a Segunda B en la temporada 94-95. Sin embargo, hoy todos comparten vestuario y lo hacen en una caseta en la que conviven con el abuelo de la liga.

Solo Andrés Palop le puede discutir el mérito de ser el más veterano de la liga española. El portero valenciano del Sevilla cumplirá 39 años el próximo 22 de octubre y es el verdadero abuelo de la liga, aunque goza de dicha condición en un puesto más propicio para carreras longevas. Martí, que alcanzó los 37 en abril, es el jugador de campo de más edad y el mayor de la quinta de 1975 que encuadra a los futbolistas más veteranos que siguen en activo.

Regularidad

A pesar de que la puesta de largo en la máxima categoría del fútbol español le llegó con 24 años, el mallorquín solo jugó un partido el curso 99-00 y no se consolidó en Primera hasta la campaña 2001-02. Desde entonces acumula unas cifras de participación que le colocan entre los jugadores en activo con más partidos en Primera División, lo que da buena cuenta de la regularidad de la que ha hecho gala. Martí contabiliza 308 encuentros en Primera y solo 14 futbolistas del presente curso le superan. Bien es cierto que Dani Alves le tiene cerca (306), aunque el palmesano también podría dar caza esta temporada a Iraola (315) y Manuel Pablo (317).

Pep Lluís Martí acumula 308 partidos de Primera División en sus piernas, pero también otros 86 en Segunda. El centrocampista mallorquín militó en el filial rojillo en la 98-99 junto a Albert Luque o Diego Tristán, pero en la siguiente campaña, en la de su debut en Primera, no tuvo oportunidades con el primer equipo. Las puertas del Mallorca se le cerraron y tuvo que hacer las malestas para hacerse grande en Tenerife, donde vivió un ascenso a Primera (00-01) y un descenso a Segunda (01-02) y en el que acumuló una campaña completa en la división de plata (02-03) antes de llegar al Sevilla en el curso 2003-04.

En la capital andaluza, donde ya estuvo a las órdenes de Joaquín Caparrós, vivió la época más gloriosa del Sevilla Club de Fútbol ejerciendo durante gran parte de las campañas de capitán. Una Copa del Rey, dos Copas de la Uefa y una Supercopa de Europa dieron brillo al palmarés del centrocampista mallorquín, que estuvo en el Sevilla desde 2003 hasta la mitad de la temporada 2007-08, cuando se marchó a la Real Sociedad para jugar 22 partidos en Segunda.

Fue un paso atrás para dar un salto hacia adelante, ya que cumplió uno de sus sueños al volver a vestirse con sus colores. En el curso 2008-09 volvió al Real Mallorca y desde entonces es uno de los pesos pesados del vestuario por derecho propio. Es una voz autorizada para cualquier colegiado de Primera División y, sobre todo, una referencia para los jóvenes que ahora abundan en el vestuario mallorquinista.

Javi Márquez (1986) y Tomás Pina (1987) fueron los titulares en la primera jornada ante el Espanyol y parecen llamados a ocupar la sala de máquinas rojilla, pero ninguno de los dos podrá bajar la guardia. Joao Victor (1988) espera su oportunidad del mismo modo que lo hace Pep Lluís Martí, dispuesto a pelear como el primer día por hacerse con un puesto en el once.

El medio palmesano renovó este verano hasta el 30 de junio de 2013 y solo sus prestaciones y su estado de forma parecen capacitados a ponerle los límites al abuelo de la liga.