Imagen del consejero del Real Mallorca, Pep Roig. | Redacción Digital

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El consejero del Real Mallorca y representante de la Federació de Penyes en el órgano de poder del club, Pep Roig, lamentó el comportamiento del presidente Jaume Cladera en el acto de presentación de la campaña de socios el pasado martes y también hizo lo propio con la actitud del representante del área social del club, Jordi Morey. «Cladera quiso provocarnos delante de los representantes de las peñas, quería humillarnos y lanzarnos a la gente encima, pero le plantamos cara. Sus modales no fueron acordes con el cargo que ocupa. De Morey hace tiempo que no esperamos nada, ya no se acuerda de nuestra defensa cuando Biel Cerdà le amenazó», explicó Roig.

Desalojar

La situación embarazosa se produjo en la sala de prensa de Son Moix, cuando Morey quiso desalojar de la mesa a Roig y Martorell. Se vivieron momentos de tensión, que según Roig, «el presidente quiso apagar después con gasolina». «No era momento de crear más confrontación por parte de Jaume Cladera, que tomó la decisión de tirar por el camino fácil y seguir la tensión creada por sus asalariados o comprados. Nosotros no perderemos nuestra dignidad, ni nos comprarán. Cladera debe representar mejor el cargo y no tener tantas caras», manifestó Roig.

«No abandonamos nuestra posición por dignidad, como consejero y Rafel como presidente de la Federació nos mantuvimos firmes. Otros no puede decir lo mismo y tienen la dignidad de cintura hacia abajo, concretamente en los bolsillos», insistió Roig. El consejero se mostró muy molesto por la filtración de datos de aficionados a la Penya Barralet, para que esta pueda 'reclutar' a nuevos hinchas, «nos imaginamos con qué intenciones». «Esto es un delito y se tienen que pedir responsabilidades tanto al a Penya Barralet como abrir una investigación en el club para averiguar quién ha filtrado. Tenemos sospechas serias de quién ha podido ser», indicó Pep Roig.

«Cladera quedó descolocado cuando se le preguntó por este tema y no puede darnos clases de mallorquinismo, él no, poque su mallorquinismo es muy limitado. Le guste o no somos la afición, pagamos un abono y a la mínima nos insulta a la cara, nos pretende humillar y echar a la gente encima. Aprovechó el incidente del martes para ponernos a prueba y si tuviera dignidad, lo que haría Cladera sería irse», dijo Pep Roig. Rafel Martorell se manifestó en los mismos términos. «No creía que el presidente llegaría a despreciarnos como lo hizo. Fue una actitud provocadora para nada acorde con el cargo que representa», explicó Rafel.