Tomás Pina avanza con el balón controlado en el Coliseum ante la presión de Lacen. | Ricardo Ordóñez

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La carretera que conduce a Europa parte de Son Moix. Consciente de que su último sueño se encuentra en casa, el Mallorca empezará a volcar a partir de mañana el combustible que le queda en el depósito con un único fin: mantenerse hasta la última jornada en la puja por una de las posiciones que dan acceso a las competiciones continentales. Rayo y Levante, dos rivales tradicionalmente asequibles para los rojillos en las funciones que se representan en Palma, medirán la ilusión de un grupo que espera encontrarse después a un Madrid a medio gas en el partido que abrochará la Liga. En otras palabras, Joaquín Caparrós y los suyos tienen 180 minutos por delante para alimentar su sueño.

El reciclaje al que se ha sometido el Mallorca no le va a dejar tiempo para estirar las piernas y relajar los músculos. El blindaje de la permanencia llegó acompañado de una exhibición en Getafe (1-3) y aunque el equipo sigue sin depender de sí mismo para renovar el pasaporte, se ha enganchado de lleno a la subasta por una de las plazas con vistas a Europa y parece dispuesto a rebañar las balas que tiene en el cargador.

La primera de ellas la va a disparar mañana ante un Rayo alicaído. Porque si los bermellones vienen de bordar la mejor actuación del ejercicio, los vallecanos sufrían el domingo una humillante derrota en su centro de operaciones que ha impactado contra la línea de flotación del vestuario. Los de Sandoval empezaron a preparar ayer el partido con las ausencias de los lesionados Javi Fuego, Emiliano Armenteros, Piti y Sueliton Pereira y la moral por los suelos. Además, los franjirrojos viajan a una Isla en la que nunca han celebrado un triunfo como equipo de Primera División. Y para alargar esa tendencia, el propio Mallorca le ofrece a sus socios la posibilidad de adquirir dos mil localidades a bajo precio con la idea de que la grada le dé al equipo el empujón que necesita.

Si los de Joaquín Caparrós superan la prueba y se mantienen en la pelea el sábado (21.00 horas) seguirán persiguiendo el broche continental frente a un Levante con aspiraciones de Liga de Campeones. El cuadro granota viajará despojado de su mejor argumento ofensivo (una extraña lesión impedirá actuar a Arouna Koné en lo que queda de Liga) y como el Rayo también ha firmado unas pobres estadísticas en la capital balear: una única victoria en la máxima categoría (1-2, temporada 2004-05).

La plantilla bermellona, que ayer volvió a ejercitarse en Son Bibiloni pensando en el doble desafío de esta semana, cree que es posible encontrar un asiento en la cúpula de la clasificación. «Europa está ahí. Hay que mantener los pies en el suelo y ya hemos conseguido lo principal. A partir de ahora nos quedan tres partidos y ¿por qué no soñar?», destacaba tras la sesión Alejandro Alfaro. «Hay que tratar de acabar lo más arriba posible y si eso pasa por ganar partidos y entrar en Europa, intentaremos hacerlo».