PALMA ENTREVISTA NUNES FOTO JAUME MOREY

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José Carlos de Araujo Nunes está a punto de rematar su etapa más negra como futbolista del Mallorca. Condicionado desde el pasado verano por las lesiones, es bastante probable que el central portugués se tenga que despedir de lo que resta de temporada por culpa de otra visita a la enfermería. El capitán mallorquinista, que tuvo que adelantar su regreso de Santander después de que se le reprodujeran las molestias que le impidieron jugar sólo unos días antes frente al Granada, sufre una rotura de grado I-II en el aductor largo del muslo izquierdo, lo que equivale a unas cuatro semanas de baja cuando falta menos de un mes para cerrar el ejercicio. De esta forma, sólo una recuperación muy por debajo de los plazos establecidos le permitiría intervenir en el rodaje de los últimos episodios de la campaña. En cualquier caso, el problema para el futbolista va más allá. Básicamente, porque su contrato con el club se extinguirá el próximo 30 de junio y está por ver cómo gestiona la dirección deportiva su futuro.

Pobres números

En las seis temporadas y media que acumula defendiendo el escudo del Mallorca, Nunes no había firmado nunca unos números tan raquíticos por culpa de las lesiones. Y aunque a mediados de julio destapaba otra campaña con la ilusión de seguir dando lustre a unas cifras especialmente destacadas en la biografía del club (con su próximo partido de Liga llegará a los doscientos y se encuentra a sólo cinco de igualar a Ibagaza como el extranjero con más participaciones), recibió un duro golpe con la primera gran fiesta de la temporada: el trofeu Ciutat de Palma. Un problema en la rodilla le mandó la lona y los pronósticos iniciales hablaban de que podía tener afectado el ligamento cruzado (hubiera estado más de seis meses en el dique seco y probablemente se habría retirado). Afortunadamente, pasó después por el quirófano y la artroscopia suavizó el diagnóstico inicial. El 7 de diciembre reaparecía para completar aquel partido interrumpido inicialmente ante el Granada y desde entonces, poco a poco, había ido recuperando la forma sosteniéndose en el once. Hasta el pasado jueves. El defensa, tal y como desveló Caparrós en la sala de prensa de El Sardinero, forzó su reaparición ante la baja de Chico y notó un crujido durante el choque que le mandó a la ducha en camilla. Hasta ayer, cuando se confirmaron sus sospechas. Un mes de baja y un futuro envuelto por los interrogantes.

Ahora la pelota está en el tejado del Mallorca, que deberá tomar una decisión al respecto en cuanto acuñe la permanencia y empiece a planificar el nuevo proyecto. Tras la lesión del pasado mes de agosto, el presidente Jaume Cladera ya destacó públicamente que «el club estará con Nunes hasta que acabe su carrera». De esta forma lo más lógico es que, tratándose de un futbolista con un peso específico tan elevado, la entidad le acabe tendiendo la mano.

Él, por su parte, también tiene claro que quiere claro que quiere seguir jugando y el pasado mes de noviembre, en una entrevista concedida a este diario, así lo reconocía. «Ojalá quede Nunes para rato, pero la experiencia me dice que hay que centrarse en el futuro inmediato, sin mirar demasiado lejos. Si haces planes a largo plazo, las cosas no te salen», matizaba. El capitán quiere seguir mandando en los vestuarios de Son Moix.