El segundo máximo accionista del Real Mallorca SAD, Utz Claassen, durante la entrevista concedida días atrás a este periódico en la localidad de Alcúdia. | Fernando Fernández

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Serra Ferrer ha vuelto a quedar retratado. Utz Claassen, segundo máximo accionista del Real Mallorca, ha desmentido de forma enérgica que Mateu Alemany Font interviniera en la transacción de los títulos que tiene en cartera y exteriorizó su indignación ante «las mentiras y falsedades» del entrenador de sa Pobla.

Claassen, que la semana pasada advirtió por escrito a Llorenç Serra Ferrer y a Jaume Cladera que estaría dispuesto a emprender acciones legales contra ambos por un presunto engaño en la compra venta de su primer paquete (10 por ciento de la sociedad), manifestó ayer una profunda indignación ante el desmarque del vicepresidente deportivo. «Es increible que diga públicamente que me vendió las acciones Alemany... ¡Serra Ferrer estaba conmigo en la notaría el día que firmamos la venta!... No entiendo como puede decir que no sabe nada del tema y que pida responsabilidades a otro. La verdad es que nunca negocié nada con Mateu Alemany», sentenció el ejecutivo alemán.

Claassen no ocultó su decepción con el posicionamiento adoptado en los últimos días Serra Ferrer y su gente de confianza. «Esto es un teatro absurdo. Creía que había invertido en un club de fútbol, pero lo he hecho en un circo. Aquí la única verdad es que yo sólo mantuve negociaciones con Serra y Cladera. ¿Por qué meten a Alemany en este asunto? Me parece increible. Es otra sorpresa muy desagradable».

Utz Claassen también se mostró crítico con la rueda de prensa que ofreció el pasado lunes el presidente Cladera. «No se puede faltar al respeto a un profesional y accionista del club como Pedro Terrasa y llamarlo elemento perturbador. Me parece inadmisible. Terrasa es un excelente profesional y no merece esto. En su momento he mantenido discrepancias con él, pero nunca he puesto en duda su profesionalidad y honradez. Ni tampoco nunca le faltaría al respeto. Es increible que el presidente se expresara en estos términos».

El consejero germano, que tras la adquisición de los títulos que controlaba la familia Nadal ha pasado a convertirse en una de las grandes referencias del accionariado bermellón, continúa exigiendo luz y taquígrafos en la gestión de la sociedad, especialmente en los asuntos de Alfaro, gestión de los empleados y el presunto sobrecoste de sus acciones. El lunes, nuevo consejo de administración. Nueva batalla.