Michael Laudrup, que en la imagen posa para este periódico sobre el césped del Iberostar Estadi, cree que a pesar de las dificultades que ha padecido el Mallorca se ha sacado adelante una temporada especialmente incómoda por la situación del club. | T. Ayuga / P. A. Ramis

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Acaba de cuadrar su primer ejercicio como entrenador del Mallorca y aunque admite que en las últimas tres semanas de competición casi se vuelve «loco», asegura que ha pasado página con la lección memorizada. Recuperado de los efectos que le provocó la carrera por la permanencia, Michael Laudrup (Frederiksberg, Copenhague, 1964) radiografía para Ultima Hora una temporada repleta de socavones. Lo hace sin apartar la mirada del segundo proyecto de la era Serra Ferrer, en el que ya ha empezado a trabajar en sintonía con la propiedad. Según el danés, habrá que conservar la perspectiva y tener muy presentes las limitaciones del club para no volver a caminar sobre el alambre. De lo contrario, advierte que sólo habrá espacio para la decepción.

-Se ha acabado la temporada y lo ha hecho con más sufrimiento del esperado. ¿Dilapidaron usted y la plantilla en los últimos meses el buen trabajo de la primera vuelta?

-Antes de empezar había dos objetivos y el más importante de todos era salvarse, más que nada por la situación del club. El segundo era convertir algunos talentos en jugadores de Primera para tener, además de un valor deportivo, una posible fuente de ingresos en el futuro. Y ahora mismo hay jugadores como Pereira, Joao Victor, De Guzman, Tejera o Nsue que valen dinero, cuando hace doce meses su valor en el mercado no existía. Parece que la segunda vuelta no ha sido buena, pero es que la primera lo fue demasiado. Hicimos 27 puntos en el primer tercio de la Liga y eso no era real, era un sueño. Yo sabía que la segunda parte de la Liga sería mucho más complicada. Una parte de nuestra plantilla apenas tenía experiencia en Primera y, en esos caso,s a veces te dejas llevar. Lo que nos pasó al final fue más mental que físico, además de que nos encontramos en una situación que yo al menos no había visto nunca.

-¿Ha jugado con fuego su equipo en los últimos meses?

-Hemos jugado con fuego, sí, pero lo hemos hecho por necesidad. Cuando llegaron los nuevos propietarios todo se vino encima de golpe y existía la obligación de moverse muy rápido. Había que renovar a algunos veteranos, incorporamos a varios jugadores a coste cero porque no había dinero en caja... Todos nos preguntábamos si nos salvaríamos y yo aprecié en el entorno muchas dudas, aunque trataba de aparentar que estaba seguro de ello. El problema es que hicimos un gran primer tercio y que mucha gente se pensó que todo iba ser facilísimo, que jugaríamos en Europa. Se juntaron después los resultados atípicos o el atasco del final de Liga y queda esa sensación extraña, pero si hubierámos ganado el último partido habríamos sido décimos. O si hubiéramos invertido nuestra trayectoria, todo parecería más positivo. Por eso creo que hay que analizarlo todo en perspectiva y, sobre todo, ser realistas. El sufrimiento final fue enorme y debería servirnos de lección en el futuro.

-¿Lo había pasado alguna vez tan mal en un campo como en la última jornada del campeonato?

-Como entrenador seguro que no. Siempre había tenido el placer de jugar para ganar títulos y esto me sirve como experiencia. He perdido finales, campeonatos en el último segundo... En ese instante estás destrozado, pero el dolor de un descenso es incomparable porque sus efectos se prolongan como mínimo un año. Y hay ejemplos muy negativos, como el del Tenerife, el Alavés, el Compostela, el Logroñés o el Oviedo. Pelear por mantenerse es mucho más duro que hacerlo para ganar la Liga.


-¿Su continuidad obedece a que le queda un año más de contrato o a que le ha convencido el proyecto del club de cara a su segundo año?

-A ambas cosas. Nunca he dudado de que cumpliría con lo que firmé, aunque desde enero no han dejado de preguntarme si seguiría. En cuanto a lo otro, sí que creo que el club está mejor ahora que hace un año. Seguimos sin tener mucho dinero, pero tenemos más tiempo por delante y hay posibilidades de fichar a jugadores que acaban contrato en casi todas las posiciones. Si trabajamos bien, encontraremos a gente interesante. Eso sí, tenemos que ser discretos y rápidos porque si se sabe que vamos a por algún jugador se interesarán otros clubes y a lo mejor no podemos competir contra ellos.

-¿Quién hará los fichajes, Serra Ferrer o Michael Laudrup?

-Habrá diálogo. Y en ese sentido, más que la posición, lo importante es saber qué tipo de jugador debemos fichar. Es absurdo hablar de delanteros de cinco millones si sólo tenemos uno para gastar, por ejemplo. Pero podemos valorar si queremos rapidez, juego aéreo o remate, buscar perfiles en lugar de nombres. Aunque también tengo muy claro que quienes fichan y toman las últimas decisiones son los clubes, siempre en base a un diálogo previo.

-El club ha cometido errores gravísimos como los del mercado de invierno, cuando le debilitaron el equipo en varias posiciones. ¿Cree que se habrá tomado nota de aquello?

-Esta pregunta no es para mí. Pertenece a otra entrevista.

-Pero el que lo pagó al final sí que fue usted.

-Los entrenadores son siempre los primeros que pagan y ya sabía cuando firmaba por el Mallorca que estos dos años serían así. Y lo será hasta el día que el club pueda volver a permitirse fichar a jugadores de dos o tres millones de euros. Hasta entonces, estará en ese grupo de diez equipos que competirán en el furgón de cola. Puedes hacer un año magnífico de forma excepcional, pero lo normal es que si lo haces muy bien quedes décimo y que si te salen mal las cosas, bajes. No soy pesimista, sino realista. Si admites que estás ahí no tendrás tantos problemas. Y si te planteas un objetivo debe ajustarse a tu realidad porque si no es así, lo más probable es que acabes decepcionado. Respeto a todos los equipos, pero esta temporada aquí he tenido muchas veces la sensación de que cuando me refería a algunos de ellos había gente que me miraba raro, como si nosotros estuviéramos por encima. Yo, que he ganado más de veinte títulos en mi vida, tengo más respeto por ellos que otros. Y no lo puedo entender. Tampoco se puede vivir ni del pasado ni del futuro, sólo del presente. El del Mallorca es muy complicado y debemos asumirlo. Cuando lo superemos podremos exigir algo más, Mientras tanto, solo podemos seguir trabajando.


-Pese a esas dificultades a las que se refiere, ¿confía en mejorar el aspecto de la plantilla con respecto a la de la temporada que acaba de finalizar?

-Se supone que la gente que viene nueva debe hacerlo para mejorar lo que ya tienes. Si no, no tiene sentido. En nuestro caso, esta campaña empezamos con veinticinco efectivos que después fueron veintitrés, aunque si contamos con jugadores polivalentes nos puede valer con un plantel de veinte o veintún futbolistas. También es verdad que la última plantilla, por la forma en la que se dio todo y por las prisas lógicas del verano pasado, estaba mal compensada. Eso es lo primero que hay que arreglar. En los últimos meses del campeonato he tenido que inventar cosas, como la de colocar a Joao Victor como lateral derecho para asegurarme un recambio de Pau Cendrós. Y en la parcela ofensiva, por ejemplo, debemos darle las gracias a Pierre (Webó). No sólo por los once goles que ha marcado firmando los mejores números de su carrera, sino por no haberse lesionado. No sé qué habría pasado si hubiera tenido que estar de baja un mes por un simple tirón. Entre otras cosas, porque su aportación nos ha ayudado muchísimo en todos los sentidos.

-La prioridad entonces sigue siendo la contratar un delantero que ejerza de goleador.

-Hay que traer un delantero sí o sí porque este año hemos estado demasiado justos en esa posición. Pero también sabemos y debemos tener muy claro que no nos van a regalar a un tipo que haga diez o doce goles por temporada.


-De momento parecen ya confirmadas dos bajas en defensa, la de Rubén González y la de Ayoze Díaz. ¿Eso significa que van a venir dos recambios de mayor calidad o hay que achacar sus salidas a una simple reestructuración de la plantilla?

-Son dos casos totalmente distintos. Rubén era suplente, y pese a eso se ha comportado siempre fenomenal, ha cumplido cuando le ha tocado salir a jugar y ha demostrado en todo momento que es un gran profesional. Pero también entiendo que no pueda estar esperando para ver qué pasa con Ramis o para ver si fichamos a alguien más en su misma posición. El fútbol es un colectivo lleno de egoístas, entre los que yo también me incluyo, por supuesto. Hasta el 22 de mayo todos los miembros del vestuario hemos cumplido. A partir de ahí, es normal que cada uno piense en su futuro y busque salidas, eso vale para todos. En cuanto a Ayoze, ha seguido una trayectoria un poco diferente a la Rubén y ha ido entrando y saliendo del equipo según el momento de la temporada. El club puede esperar ahora a ver qué ofrece el mercado y el jugador, exactamente lo mismo. Es normal que ninguna de las dos partes cierre la puerta y habrá que ver qué pasa con él durante el verano. Pero lo suyo no es extraño, hay muchos casos idénticos en el resto de Primera División.