Nando Pons, en una imagen de archivo. | Monserrat

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El Mallorca y la administración concursal han tomado la decisión de dar una nueva vuelta de tuerca en el eterno conflicto que mantiene el club con Fernando Pons Niza. El club balear iniciará en los próximos días los trámites necesarios para formalizar un despido disciplinario del director deportivo, que el pasado día 15 también movió pieza y presentó una demanda contra la SAD balear por falta de ocupación efectiva. El exjugador del Murense reclama una indemnización de 1.600.000 euros.

No obstante, la situación de bloqueo por la que atraviesa el contencioso puede vivir un episodio crucial. El Mallorca, que meses atrás contrató los servicios de un investigador, ha recabado información y pruebas suficientes para demostrar que la baja laboral que solicitó Pons poco después de que se formalizara la entrada en el club de la nueva propiedad era ficticia. Un detective ha seguido los movimientos del director deportivo y las conclusiones que extrae el Mallorca son contundentes: «Su baja era un cuento y sus actividades no tienen nada que ver con la de una persona que argumenta problemas en la espalda para no acudir a su puesto de trabajo», explicó un miembro del consejo de administración de la entidad bermellona.

Si la tesis y argumentos del Mallorca tienen éxito, Pons sufriría un despido disciplinario y su finiquito adquiriría tintes simbólicos.

En este sentido, otro de los grandes caballos de batalla de los servicios jurídicos del club y la propia administración concursal pasa por anular el último gran contrato que firmó Vicenç Grande a Nando Pons. También existen claros indicios de un presunto fraude en esta segunda ampliación y, por tanto, la indemnización se calcularía en base al primer contrato, que expiraba el 31 de enero de 2011.

Otro de los frentes abiertos que podría resolverse en los próximos días es la demanda de reintegración interpuesta en su día por la administración concursal y el club balear para que el todavía director deportivo devuelva el millón de euros que le entregó Vicenç Grande en el verano de 2008, por la venta de Daniel González Güiza al Fenerbahce turco. Un error informativo retrasó una resolución de la juez que podría ver la luz en los próximos días.