Sergio Tejera, en una imagen captada el pasado jueves en El Molinón.

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Michael Laudrup tiene un nuevo recurso en la zona de creación, se llama Sergio Tejera. El centrocampista del Real Mallorca destapó el tarro de las esencias en El Molinón y exhibió el fútbol que nunca quiso ver Gregorio Manzano. La confianza de Laudrup justo cuatro días después de perder como se perdió en Zaragoza, permitieron a Tejera demostrar su valía en una función comprometida y en la que había mucho que perder y poco que ganar, porque casi todo estaba ganado de antemano.

Sergio ganó y también el Mallorca. Sin embargo, no todo son buenas noticias porque en el contrato del futbolista figura una cláusua por la cual, si juega un número determinado de partidos, hay que pagar al Chelsea (el primer tramo está fijado en diez partidos oficiales), club del que procede.

Michael Laudrup y Serra Ferrer, en su objetivo de exprimir al máximo los recursos de los que dispone el club, se han visto en la necesidad de hacer frente a un proyecto basado en dar salida a futbolistas cuyas puertas estaban cerradas en el primer equipo. ¿Qué precio tendrían ahora Tejera, Nsue o Pereira si se les hubiera dado opciones la temporada pasada? Lo mismo podría decirse de Pau Cendrós o Kevin, jugadores eclipsados por la desmesurada política de fichar a cualquier precio impuesta por Manzano y Pons.

El cambio de filosofía a permitido descubrir a un jugador que amplía el abanico del que dispone Laudrup en el centro del campo desde el punto de vista creativo y que en Gijón ofreció un recital de visión de juego, control y asistencias. Sergio, unido a De Guzmán, Joao Víctor, Pina y Martí completan una zona de creación con futbolistas diferentes y organizada partiendo de la base de economizar recursos y utilizar los bienes propios. De Guzman llegó libre, al igual que Joao Víctor; se renovó a Martí y se completó la línea subiendo a Pina y Sergio.

Procedencia

Tejera nació en Barcelona en mayo de 1990, tiene por lo tanto 20 años y procede de la segunda plantilla del Chelsea. Ha sido internacional en casi todas las categorías inferiores y pertenece a esa emergente hornada de futbolistas que decidieron emigrar a Inglaterra para abrirse paso entre los grandes. El catalán se crió deportivamente en la escuela de la Damm hasta que el Espanyol le reclutó de la mano de Albert Villarroya.

Tras cinco años como 'perico', el Chelsea le descubrió en Tenerife, durante un torneo en el que participaba como integrante de la selección española sub'15.

A partir de ahí, la entidad londinense inició un seguimiento capitaneado por su principal cazatalentos, Frank Arnessen (ex jugador del Valencia), que viajó en numerosas ocasiones a Barcelona para verle en acción. Tejera, que por entonces tenía 15 años, participaba en la Liga Nacional Juvenil (una categoría superior a su edad), en la que había llamado la atención gracias a su calidad para resolver partidos imposibles.

El Chelsea, siguiendo el ejemplo del Arsenal, se lanzó a por su fichaje en 2006 y abonó al Espanyol un cánon de formación estipulado por la FIFA de 250.000 euros. Los clubes estaban tan convencidos de su categoría que accedieron incluso a negociar al alza con los catalanes para conservar las buenas relaciones entre ambos llegando a ascender la cifra al millón de euros. Tras su fichaje por el Chelsea, la prensa catalana comparó su caso con el de Cesc, aunque en Londres se le señaló como el heredero de Lampard. Casi nada Y eso que para Manzano no servía.