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Son Moix asistirá hoy a otra escena surrealista. Básicamente, porque Nando Pons Niza vuelve a atrincherarse. Las negociaciones entre sus abogados y los del Mallorca para la rescisión de su contrato siguen sin arrojar soluciones y el todavía director deportivo tiene decidido regresar esta mañana a su despacho para levantar de nuevo el campamento. Sus peticiones para marcharse son muy concretas. Exige 200.000 euros netos, total libertad para fichar por otro equipo (aprovechándose del trabajo que ha realizado en los últimos años para la Sab isleña) y, sobre todo, que se le garantice que no tendrá que devolver el millón de euros que le regaló Vicenç Grande, algo que es totalmente imposible ya que se trata de un punto que depende exclusivamente de los administradores concursales. En otras palabras, Pons se ha encadenado otra vez a las porterías de Son Moix.
Pons se resiste a dejar su amado Mallorca. Pese a que ha destacado en numerosas ocasiones que su presencia en el club nunca sería un problema para una propiedad que no le quisiera, sigue poniendo zancadillas y entorpeciendo el trabajo de planificación de la próxima temporada. A su ya conocida capacidad de supervivencia, que le ha permitido mantenerse pegado a su cargo contra viento y marea, el director deportivo exhibe ahora una falta de escrúpulos absoluta. Poco le importa la crítica situación de las arcas rojillas y menos aún que no se le vaya a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. Escudado tras el blindaje que le proporcionó Vicenç Grande antes de su marcha, a Pons tampoco le alcanza con las gratificaciones que ha recibido, ni con sus elevados emolumentos, entre los que se incluyen, por ejemplo, las primas dobles que se aseguró la temporada anterior tras las negociaciones entre la plantilla y la familia Martí Mingarro. Quiere más y está dispuesto a llegar a dónde haga falta para conseguirlo, aunque para ello tenga que protagonizar más imágenes kafkianas.
Pons, que no tiene prisa, regresará a la oficina como si nada hubiera pasado y seguirá moviendo sus hilos desde la sombra.