Mario Rivillos y Luan Muller, del Palma Futsal, este miércoles durante el entrenamiento previo a las semifinales de la Final Four de la Champions que se disputa en Ereván Armenia). | Palma Futsal

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El Palma Futsal ya ha activado el 'modo Champions' en Ereván, donde este viernes (16:00/IB3) se reencontrará con el Benfica en el penúltimo desafío por extender su hegemonía entre la élite del viejo continente. Los hombres de Antonio Vadillo han situado su cuartel general en el hotel Radisson Blu Yerevan, en las afueras de la capital de Armenia, y ya conocen el Demirchyan Arena de la ciudad rosa tras el largo viaje de más de 5.000 kilómetros desde Mallorca con escala previa en Viena. Su desembarco apenas dio este miércoles para recuperar horas de sueño, adaptarse a un nuevo huso horario (dos horas más que en la Isla) y una toma de contacto con el escenario de la Final Four, con capacidad para 6.900 espectadores y al que vuelven en la víspera para el entrenamiento oficial y la sesión de fotografías y ruedas de prensa protocolarias.

Tras superar con éxito el Main Group y la Ronda Élite en Son Moix, el vigente rey de la máxima competición continental reclamará el trono en su segundo desplazamiento europeo tras su debut en Bélgica la pasada temporada. Desde su puesta de largo en Europa siempre ejerció de anfitrión y no había vuelto a hacer las maletas con el traje de la Champions, aunque tocó la cima del mundo en la Intercontinental conquistada a pocos kilómetros de las cataratas de Iguazú (Brasil). Ahora busca otra porción de gloria en las llanuras del monte Ararat, en el límite oriental del mapa de la UEFA en un país que políticamente forma parte de Asia y cuya designación como sede ya generó las protestas de los cuatros contendientes en la Final Four.

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Del vecino Irán se ha incoporado Moslem con la vitola de flamante campeón de Asia. Ha sido el último jugador en sumarse a una expedición de medio centenar de efectivos que rebosa ilusión por rememorar aquella noche en el Velòdrom Illes Balears en el que de una tacada se rompió la maldición de los penaltis y se inauguró un palmarés que ya concede permiso para sentarse en la mesa de los grandes y mirarles a los ojos. El Benfica, su primer rival, Barça y Sporting de Portugal son sus amenazas.

La dinámica reciente en el campeonato no invita precisamente al optimismo. Dos empates y una derrota han provocado que la cuarta plaza de la liga se complique sobremanera para el Palma Futsal, pero en el grupo que dirige Antonio Vadillo también ponen de relieve que la Final Four es un escenario completamente diferente y otra oportunidad única, de esas que dirigentes, técnicos, jugadores y aficionados saben que a lo mejor no vuelve a repetirse.