La plantilla y el cuerpo técnico del Handbol Mallorca celebrando su ascenso a la División de Honor Plata del balonmano español. | Carranza Fotografía

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Hace apenas dos semanas el Handbol Mallorca celebraba por todo lo alto su ascenso a la División de Honor Plata. El club de Marratxí había hecho historia en el deporte balear al convertirse en el primer equipo de la Isla que militará en la segunda categoría del balonmano nacional, pero de la euforia y los festejos se ha pasado al contrarreloj del trabajo en los despachos y a las preocupaciones para intentar hacer viable su sueño. Y es que el salto implica nuevas necesidades y más exigencias y a la entidad isleña le toca lidiar con ellas teniendo las vacaciones a la vuelta de la esquina y en una fase de indefinición de las instituciones que no es precisamente el mejor escenario para afianzar los pilares sobre los que construir el proyecto.

El aforo y el estado de su centro de operaciones habitual, el polideportivo La Salle de Pont d’Inca, es sin lugar a dudas uno de los aspectos importantes para cumplir con los requisitos que plantea la competición. El pabellón, al ser de titularidad municipal, requiere de los permisos pertinentes para realizar cualquier adaptación y el tiempo corre en contra del Handbol Mallorca teniendo en cuenta que el relevo en las instituciones para iniciar la nueva legislatura retrasará cualquier tipo de iniciativa.

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Precisamente el criterio de los próximos gobernantes también ejercerá influencia en el sistema de ayudas a los clubes y las subvenciones forman parte importante de un presupuesto que se elevará para responder a las exigencias de la nueva competición y a las necesidades de una plantilla que necesitará un salto de calidad. El Handbol Mallorca confía en que el atractivo que supone para las empresas el escaparate de una categoría superior les permita contar con apoyos de la empresa privada, aunque tampoco las fechas en las que nos encontramos se presumen como las idóneas.

El club necesitará dar un paso al frente para dotar tanto a su estructura como al plantel los recursos necesarios para competir en una categoría de plata que está conformada por los equipos que descienden de ASOBAL, los que se han mantenido en la pasada temporada y los tres que suben de primera nacional. El Handbol Mallorca se ha puesto manos a la obra y la ilusión y ambición es su gran motor para obtener los mejores resultados posibles en la contrarreloj que ha puesto en marcha para hacer viable el hito alcanzado en la fase de ascenso de Avilés.