La plantilla y el cuerpo técnico del Handbol Mallorca celebrando su ascenso a la División de Honor Plata del balonmano español. | Carranza Fotografía
Hace apenas dos semanas el Handbol Mallorca celebraba por todo lo alto su ascenso a la División de Honor Plata. El club de Marratxí había hecho historia en el deporte balear al convertirse en el primer equipo de la Isla que militará en la segunda categoría del balonmano nacional, pero de la euforia y los festejos se ha pasado al contrarreloj del trabajo en los despachos y a las preocupaciones para intentar hacer viable su sueño. Y es que el salto implica nuevas necesidades y más exigencias y a la entidad isleña le toca lidiar con ellas teniendo las vacaciones a la vuelta de la esquina y en una fase de indefinición de las instituciones que no es precisamente el mejor escenario para afianzar los pilares sobre los que construir el proyecto.
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