Nicolau Mir, en una imagen captada en el CTEIB. | Jaume Morey

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Nicolau Mir vuelve a entrenarse tras superar, probablemente, el susto más grande en sus 22 años de vida. La que pareció correr peligro en unas horas interminables para el gimnasta olímpico y sus familiares, que este martes ha pisado de nuevo la sala del CTEIB para sentirse de nuevo deportista tras casi tres semanas que han sido una pesadilla para el internacional del Xelska Illes Balears, que ha vivido un inicio de temporada marcado por el infortunio, con un accidente de tráfico con el equipo nacional en Portugal y una operación en el hombro que frenó en seco su temporada, en la que destacó el sexto puesto en el pasado Europeo, un test de calidad en el camino hacia los Juegos de París 2024.

Cuando todo parecía superado, el destino reservaba un trago amargo a Mir, que sufrió una salmonelosis que derivó en una sepsis -una afección médica grave, generada por una respuesta inmunitaria fulminante a una infección-, provocando en el deportista fiebre alta y un fallo renal y en el hígado, siendo ingresado de urgencia por ello, aunque su respuesta al tratamiento de choque fue positiva, lo que le salvó la vida.

Tras ocho días hospitalizado y dos semanas de reposo y dieta, Mir vuelve a ser Nicolau, el gimnasta referente del equipo nacional, que ya piensa en objetivos como la Copa del Mundo de Tel Aviv (Israel), el próximo mes de junio, y trabaja para recuperar poco a poco su mejor nivel, toda vez que ha superado toda una prueba de fuerza que ha dejado claro que el deportista del Coll tiene una salud de hierro.