La gimnasta internacional mallorquina Cintia Rodríguez posa en la sala del CTEIB. | Pilar Pellicer

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Tokio debía ser la culminación de la carrera de una de las gimnastas más ejemplares y elegantes de la historia de la artística balear. La rodilla izquierda de Cintia Rodríguez (Inca, 1994) no aguantó más y su sueño olímpico se esfumó a cambio de un nuevo paso por el quirófano. Con enorme entereza y acumulando muestras de apoyo y cariño, la estrella del Xelska asume el golpe y ya mira al futuro.

¿Le sorprende la repercusión y el cariño recibido tras anunciar su renuncia a los Juegos?

— Mucho... Han pasado unas horas y me quedan miles de mensajes a responder. Estoy muy agradecida. Hace que sea más fácil de digerir. No hay consuelo ni palabras que me hagan sentir mejor, pero estos ánimos que me llegan por todos lados son indescriptibles.

¿Le reconforta la comprensión total ante una situación así?

— No podíamos hacer nada. Ni yo mismo podía dar más ni la gente de mi entorno. Había tenido todos los medios para llegar, pero la rodilla no ha aguantado más. Me gusta y reconforta que la gente haya comprendido esta decisión y que estén conmigo en un momento tan traumático. Y que se valoren y respeten mi trabajo y mi gimnasia.

¿Ha sido la decisión más difícil de tomar de toda su vida?

— A cuarenta y pocos días de los Juegos Olímpicos, decidir renunciar tras tanto trabajo, tras trece años, después de haber conseguido la plaza, estar en el Top mundial... No llegar y no poner la guinda a mi carrera me duele. Pero, como me dice mucha gente, los Juegos no cambian mi trayectoria. Los Juegos no lo son todo. Quiero pensar así como consuelo y me quedo con el esfuerzo y el trabajo hecho para conseguirlo. Y, especialmente, me quedo con el momento más importante, que fue clasificarse.

¿Cree que ha corrido demasiados riesgos llevando a su cuerpo hasta los límites del sufrimiento?

— Hemos llevado a la rodilla a sus límites. Lo que he aguantado, no se lo puede imaginar nadie. Han sido meses difíciles, saliendo problemas, corrigiéndolos y aguantando... Pero la pasada semana fue criminal, ni yo misma podía aguantar el dolor, después de ocho operaciones... Ha sido un sufrimiento, pero no me quiero quedar con este recuerdo. Aunque, si hiciera falta, volvería a pasar por esto para conseguirlo. Pero llegamos al límite y no valía la pena correr más riesgos para evitar consecuencias de por vida. Durante la pandemia y el confinamiento tuve un golpe en el sofá y cambió todo... Antes de esto, estaba en mi mejor momento.

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Esto es un ‘hasta pronto’. No es una retirada definitiva...

— Quiero pensar que es un ‘hasta pronto’... Pero es verdad que los años pasan y este año haré 27. Sé que no soy una niña, la que viene será mi novena operación y no sé cómo responderá esta rodilla. Desgraciadamente, no puedo vivir eternamente de esto y la vida continúa. Cuando salga de la operación, me recuperaré y veré qué me depara el futuro. Ahora no quiero pensar en ello. Lo que tenga que ser, será. Y si esto debe ser el final, pues me iré orgullosa de todo lo que hemos conseguido.

¿Qué pensaba cuando escribía su emotivo post en el que hacía pública esta noticia?

— El lunes pasado, mi madre ya me pedía que parara, me decía que (sus padres) estaban muy orgullosos de mí, que no tenía que demostrarles nada a estas alturas. Yo le dije que quería seguir... Pero a finales de semana hubo otra caída, un sufrimiento horroroso y le dije a Pedro (Mir, su entrenador) ‘basta’. Él me hizo ver que no podíamos continuar y que esto se debía acabar. Anunciarlo, la verdad, ha sido bastante duro. El sábado estuve todo el día llorando. Comencé mi escrito varias veces y al final puse lo que me salió del corazón y no tengo palabras para agradecer a mi equipo técnico todo lo que han hecho por mí. Ha sido muy difícil...

¿Llega la hora de buscar nuevos horizontes, especialmente a nivel académico, pensando en el futuro más allá del deporte?

— Mira, la semana pasada acabé los exámenes. No me iba a presentar, pero lo hice sin haberme aplicado mucho y he sacado buenas notas. Estoy en tercero de Criminología en la UNED. Me queda poco más de un año y ahora tendré tiempo para centrarme en otras metas.

¿Seguirá los Juegos de Tokio desde la distancia?

— Por ahora, no tengo muchas ganas... No sé los horarios con el cambio, pero en este momento no me apetece. Con el tiempo, seguro que cambiaré de opinión, pero a día de hoy no lo veo muy claro.

De París 2024, entiendo que prefiere ni oír hablar...

— Vamos a ir día a día. Ahora, tengo un largo proceso de recuperación y ahora es lo más importante. Lo que tenga que venir, vendrá.