Miguel Alarcón, en una imagen retrospectiva durante su etapa como ciclista.

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El ciclismo balear conoció la pérdida, a los 89 años de edad, de uno de los miembros de su generación de oro. No logró los éxitos de sus compañeros de pelotón, pero el carisma de Miguel Alarcón Gamundí hizo que todos guardaran un gran recuerdo de él. Nacido en Viella (Lleida), en 1931, pero estuvo instalado desde muy joven en Mallorca e hizo su vida en Binissalem, forjándose una trayectoria como ciclista que le permitió disputar hasta dos ediciones de la Vuelta a España.

Alarcón fue profesional entre 1954 y 1956, corriendo para los equipos UC Terrassa (1954), Minaco-Girola (1955) y Minaco Peugeot (1956). En 1956 logró una victoria de etapa en la Vuelta a Andalucía y otra en la Vuelta a la Comunidad Valenciana, participando en otras citas de calado como la Volta a Catalunya, siendo un corredor completo, aunque destacaba como escalador.

Sus participaciones en grandes carreras se ciñen a la Vuelta a España de 1955 y 1956. En ambas lució el dorsal 61, pero no pudo completar la prueba ninguno de los dos años. En 1955 corrió con el equipo Baleares, en el que junto a Alarcón formaban Gabriel Company (6º en la general ese año), Antoni Gelabert, Miguel Gual, Miguel Bover y Juan Bibiloni. Repitió en 1956, saliendo desde Bilbao con el equipo Mediterráneo, en el que repitieron Company, Gual, y Bibiloni, uniéndose otros ilustres como Andrés Trobat o Matías Alemany. Alarcón fue al sombra de la generación de oro del ciclismo mallorquín, de apellidos que forman parte de la leyenda.