David Quiñonero lanza un crochet de izquierda, en su casa, frente al ordenador.

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El coronavirus ha sido un golpe bajo para los entrenadores de boxeo. Los gimnasios y clubes se vieron obligados a bajar las persianas para frenar la propagación de la pandemia y los profesores han tenido que reinventarse. David Quiñonero, José ‘El Niño’ del Río y Ángel Lorente ‘Lillo’ imparten clases online desde sus domicilios a través de la aplicación Zoom. La mayoría de alumnos carecen de material en sus casas, pero no es un problema a la hora de practicar el Noble Arte.

‘Lillo’ trabaja en el Pure Fitness y es propietario de la tienda Honor Boxing. «La crisis ha sido un desastre a nivel económico y moral. Con el gimnasio y la tienda cerrada, no tengo ningún tipo de ingreso». A los dos días de decretarse el estado de alarma, un cliente se puso en contacto con él y le propuso que hiciera clases por Zoom. «Al principio me daba un poco de vergüenza, pero probé y me ha gustado mucho porque es muy llevadero», cuenta el exboxeador, que ofrece entrenos diarios -y gratuitos- desde el comedor de su vivienda y tiene una treintena de alumnos. ‘Lillo’ vaticina que los gimnasios van a salir «muy perjudicados» por la posible reducción de aforo. Durante el confinamiento, uno de sus pupilos que trabaja como policía local de Palma le entregó una pancarta para animarlo: «Eres el mejor. ¡Te queremos, Lillo! Tus alumnos de boxeo».

David Quiñonero espera que el virus «no sea un golpe de KO, sino una cuenta de protección. No dejo de pensar en toda la gente que vivimos bastante al día. Te cortan la fuente de ingresos y te hacen polvo», apunta el entrenador del Motorcity Boxing Club.
Da clases gratuitas los lunes, miércoles, viernes y sábado a los alumnos del gimnasio.

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«Creo que es un empujón que les viene bien. La gente no está pensando en sus problemas, en las deudas en el dinero o en el estrés. Piensa en las combinaciones que yo le estoy diciendo».

Es paradójico enseñar un deporte de contacto sin contacto. «Es limitado, pero creo que para vivir una vida feliz tienes que hacer todo lo que puedas en las circunstancias en las que te encuentras. Hay gente que solo se queja y quejarse no aporta nada», reflexiona Quiñonero.

José ‘El Niño’ del Río comparte el Pro Sport con su inseparable socio y entrenador Francisco ‘Canijo’ Gual. «Yo no puedo dar las clases gratuitas como otros compañeros. Nunca he regalado mi trabajo y ahora mucho menos», cuenta el excampeón de España del peso welter, que colgó los guantes a principios de año. Ofrece tres clases a la semana, de una hora y media cada una, por 20 euros. Boxeo y trabajo físico.

Echa de menos su gimnasio. Su rutina. Su gente. El ambiente. Las risas... y a su socio. «Parece mentira que fuera a echar de menos al bicharraco del ‘Canijo’», comenta entre risas al otro lado del teléfono. «Me estoy poniendo tan en forma que igual cuando se levante la veda vuelvo a boxear».